Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 320
¨El Misterio de Belicena Villca¨
insurgentes cuyos auténticos cabecillas jamás dieron la cara. Con esto se consiguió sólo
desprestigiar a las Fuerzas Armadas y neutralizar su futura reacción. Hemos vencido
militarmente pero seremos inexorablemente derrotados en el terreno político, ya que los
problemas económicos que surgirán de la política monetarista y sinárquica que desarrolla el
Gobierno causarán que la sociedad olvide el objetivo honorable de nuestra lucha y nos acuse
de la miseria subsiguiente, una realidad que los obsesionará porque tocará diariamente sus
bolsillos y sus estómagos. –El Capitán Fernández se hallaba evidentemente inspirado y, por
momentos, me recordaba a las palabras del Capitán Kiev. Estábamos entonces a fines de
1979, sólo dos años después de su aparición en el Crómlech de Tafí del Valle, y no sólo sus
anuncios se estaban cumpliendo al pie de la letra, sino que existían mentes esclarecidas
capaces de comprender la realidad y descubrir también los planes del Enemigo.
–Pero esto no es todo –prosiguió el Capitán Fernández–. Lo más grave es que, concluida
la lucha antisubversiva en el terreno militar, único campo en el que se nos permitió intervenir,
el Gobierno considera que los grupos nacionalistas de las Fuerzas Armadas representan un
peligro potencial para los planes sinárquicos y ha decretado su inapelable destrucción. Y esta
ofensiva ya ha comenzado con la selección ideológica de los mejores expertos en lucha
antisubversiva de los Servicios de Inteligencia, su aislación con vistas a presentes y futuras
purgas, e inclusive con su asesinato, ejecutado por miembros de Servicios Secretos
extranjeros convocados especialmente para tal efecto. Así, poco a poco, han surgido grupos
sinárquicos en los Servicios de Inteligencia, con personal entrenado, o directamente a su
servicio, por agentes de Israel (del Mossad o el Shin Beth); de E.E.U.U. (la C.I.A o el F.B.I.); de
Inglaterra (el MI-5, MI-6, I.S.); de la Unión Soviética (K.G.B., G.R.U.) etc. Y son estas
organizaciones las que la están persiguiendo a Ud. Señora Belicena. Es por eso que urge
aclarar las cosas mientras podamos, pues es probable que a muy breve plazo nuestros
Camaradas sean completamente neutralizados y radiados del Servicio activo, para después
ser vendidos vilmente a las mismas fuerzas subversivas contra las que combatimos durante
años. Creemos que el Gobierno planea transferir el Poder a políticos socialdemócratas o
socialistas, que permitirán a la izquierda adquirir la libertad y el poder suficiente como para
destruir a las reservas morales de la Nación, que estaban especialmente concentradas en las
Fuerzas Armadas. Sin embargo estos hombres, que en el fondo son cipayos al servicio de la
Sinarquía, mantendrán la política económica monetarista liberal que someterá a la Nación a la
dependencia moral y a la disolución social. En el mismo caso que Yo, que soy retirado sin
explicaciones de la lucha anticomunista, con la evidente intención de ser pasado a retiro en
poco tiempo, o algo peor, se encuentran mis restantes Camaradas. Se impone pues la
necesidad de actuar ahora o correr el riesgo de que la situación de Noyo no sea aclarada
nunca o que pueda ser Ud. atacada por alguno de los nuevos grupos de Inteligencia que
actúan ya con total impunidad y repugnante falta de honor, y que habitualmente persiguen y
ejecutan a personas de antecedentes nacionalistas antes que a los conocidos agentes de la
subversión marxista. Espero haber sido claro, Señora Belicena, y consiga establecer un pronto
contacto con el camarada Noyo, de quien requerimos también, en esta hora clave, su valioso
asesoramiento estratégico.
–Ha sido Ud. extremadamente claro, Capitán Fernández –aseguré– y tenga la seguridad
que transmitiré textualmente sus palabras a mi hijo Noyo, quien descuento que no vacilará en
acudir hacia ustedes.
Y así concluyó aquella conversación con el Capitán Diego Fernández, quien partió
dispuesto a aguardar, y hacer aguardar a sus Camaradas, toda posible declaración sobre el
desaparecido de Tafí del Valle.
El resto de la historia ya es conocida por Ud., Dr. Siegnagel. Yo, lejos de cumplir lo
prometido al Capitán Diego Fernández, continué realizando movimientos estratégicos en el
Norte Argentino, en Bolivia y en Perú. Recorrí en varias oportunidades la ruta de Lito de
Tharsis y los Atumurunas, consciente de que ello despertaría aún más el interés de la
Fraternidad blanca y la afirmaría en la certeza de que era portadora de la Espada Sabia. Es
por eso, también, que tomaba el camino de Tatainga en Jujuy y me dirigía a las proximidades
del Cerro Kâlibur. En dos oportunidades, inclusive, descendí al Valle grande y contemplé el
Externsteine, aunque sin atreverme a atravesar la Puerta Vrúnica. Pues bien, fue durante una
de estas excursiones que caí en una celada Golen e ingerí el veneno que debilitó mi voluntad
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