Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 32
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Pájaros comprendería el Signo del Origen. Quien comprendiese el Signo del Origen
comprendería a la serpiente. Y quien comprendiese a la serpiente, con el Signo del
Origen, podría ser libre en el Origen.
Es claro que los Atlantes blancos no confiaban en la perdurabilidad de la Lengua de los
Pájaros, la que, a pesar de todo, transmitían a sus descendientes del Pacto de Sangre.
Preveían que, de triunfar el Pacto Cultural de los Atlantes morenos, la lengua sagrada pronto
sería olvidada por lo hombres; en ese caso, la única garantía de que al menos alguien
individualmente consiguiese ver el Signo del Origen, estaría constituida por la Piedra de
Venus. Con gran acierto, basaron en ella el éxito de la misión. Así, cuando los Atlantes
blancos se despidieron de mis Antepasados, Dr. Siegnagel, les sugirieron un modo adecuado
para asegurar el cumplimiento de la misión. Ante todo se debería respetar sin excepciones el
Pacto de Sangre y mantener, para ello, una Aristocracia de la Sangre Pura. De esta
Aristocracia, que comenzaba con los descendientes de los Atlantes blancos, ya se habían
seleccionado los primeros Reyes y las Guerreras Sabias que custodiarían el Arado de Piedra
y la Piedra de Venus: en efecto, al principio cada pueblo fue dividido exogámicamente en tres
grupos, cada uno de los cuales tenía el derecho de emplear los instrumentos líticos y
aportaba, para su custodia común, una Guerrera Sabia; ellas conservaban los instrumentos en
el interior de una gruta secreta y, cuando debían ser utilizados, los transportaban las tres en
conjunto; los tres grupos del pueblo, por supuesto, obedecían a un mismo Rey; con el correr
de los siglos, a causa de la derrota cultural que luego expondré, la triple división del pueblo fue
olvidada, aunque perduró por mucho tiempo la costumbre de confiar la custodia de los
instrumentos líticos a las “Tres Guerreras Sabias” o Vrayas.
En consiguiente lugar, todos los Reyes y los Nobles de la Sangre serían Iniciados en el
Misterio de la Sangre Pura: la Iniciación sería a los dieciséis años, cuando se los enfrentaría
con la Piedra de Venus y se trataría de que observasen en ella el Signo del Origen. Quien
pudiese observarlo dispondría en ese mismo momento de la Sabiduría suficiente como para
concretar la auto liberación del Espíritu y partir hacia el Origen. Mas, si el Guerrero Sabio era
un Rey, o un Héroe que deseaba posponer su propia libertad espiritual en procura de la
liberación de la Raza, dos serían los pasos a seguir. El primero consistía en cumplir la orden
de los Dioses Liberadores y “comprender a la serpiente con el Signo del Origen”, comunicando
luego la Sabiduría lograda a los restantes Iniciados. Una vez visto el Signo del Origen, el
segundo paso del Iniciado exigía no apartar la atención de la Piedra de Venus porque en ella,
sobre su concavidad, algún día se vería la Señal Lítica de K'Taagar, esto es, una imagen
que señalaría el camino hacia la Ciudad de los Dioses Liberadores.
Este principio daría lugar a una secreta institución entre los iberos, de la cual hablaré
mucho posteriormente, la de los Noyos y las Vrayas, cuerpo de Iniciados consagrados a
custodiar en todo tiempo y lugar a la Piedra de Venus y aguardar la manifestación del Símbolo
del Origen.
Así fue como a los descendientes o aliados de los Atlantes blancos, que ejecutaban el
primer paso en la comprensión de la serpiente, y la representaban ora con la forma real del
reptil, ora abstractamente con la forma de la espiral, se los tomó universalmente por
adoradores de los ofidios. Tal confusión fue empleada malignamente para adjudicar a los
Guerreros Sabios toda suerte de actos e intenciones tenebrosas; con ese propósito el
Enemigo asoció la serpiente a las ideas que más temor o repugnancia causaban en los
pueblos ignorantes de la Tierra: la noche, la luna, las fuerzas demoníacas, todo lo que es
reptante o subterráneo, lo oculto, etc. De ese modo, mediante una vulgarización calumniosa y
malintencionada de sus actos, ya que nadie salvo los Iniciados conocían la existencia de la
Piedra de Venus y del Signo del Origen, se consiguió culpar a los Guerreros Sabios de Magia
Negra, es decir, de las artes mágicas más groseras, aquellas que se practican con el concurso
de las pasiones del cuerpo y del Alma: ¡Curiosa paradoja! ¡Los Iniciados en el Misterio de la
Sangre Pura acusados de Magia Negra y humanidad! ¡Justamente Ellos que, por comprender
a la serpiente, símbolo total del conocimiento humano, estaban fuera de lo humano!
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