Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 316

¨El Misterio de Belicena Villca¨ la Virgen de Agartha, señalará el Final de la Fraternidad Blanca y de su infernal Morada Solar, la Llave Kâlachakra de Chang Shambalá. Resumiendo, vuestra misión consistirá en transportar la Espada Sabia a la Caverna Secreta, en el Valle sobre el Soto. La Época se presenta como la menos propicia para ejecutar tal operación, y por eso habréis de desarrollar tácticas separadas: uno de vosotros llevará la Espada Sabia, en tanto que el otro servirá de señuelo para distraer la atención del Enemigo. Quien realice lo primero, deberá emplear con maestría la Vía de la Oposición Estratégica para desplazarse con su valiosa carga. Vale decir, que primero dispondrá de una alforja con un surtido suficiente de lapis oppositionis, o sea, de piedras arquetípicamente indeterminadas, de piedras poseedoras de una dimensión ilimitada, infinita, obtenida por la plasmación del Signo del Origen que vosotros proyectaréis sobre ellas. El Iniciado que tal haga, se moverá sobre un camino estratégico, impredecible para el Enemigo, aun cuando Él sepa que La Piedra de Venus se está desplazando entre los Mundos de Ilusión. Irá siempre aislado por el Arquémona Vrúnico Infinito, y colocará, tras cada tramo de distancia estratégica del Laberinto, un lapis oppositionis en el camino: dejará así un obstáculo insalvable para el Enemigo, una Piedra de Tropiezo y Desviación, una prueba del Infinito Actual del Espíritu Eterno. El Principio Increado del obstáculo, del lapis oppositionis, causará el desconcierto absoluto del Enemigo: frente a él no hay referencia posible, todos los Mundos se confunden, la Ilusión se torna Uno. Y mientras que el Enemigo se recupera, e intenta localizar el rastro, el Iniciado Hiperbóreo avanzará en oposición a las Potencias de la Materia un nuevo meandro del Laberinto, situando entonces otro lapis oppositionis tras de sí. Sólo así, si se mueve en oposición estratégica, y cuenta con el concurso de otro Iniciado que se desplace simultáneamente hacia una dirección diferente, atrayendo sobre sí el interés del Enemigo, conseguirá llevar la Espada Sabia al Valle de la Candelaria. El segundo Iniciado Hiperbóreo también llevará algunos lapis oppositionis, pero los irá plantando en distancias más extensas, dando tiempo al Enemigo para que siga su rastro y crea que la maniobra es llevada a cabo por un solo Hombre de Piedra, al que tarde o temprano se conseguirá capturar. Por supuesto que si ello ocurre, si el Enemigo logra apoderarse del Segundo Iniciado, la operación estará cumplida de todos modos, pero nadie lo salvará de las represalias de los Demonios Inmortales. Estos son los riesgos que habréis de correr para cumplir con la orden del Señor de la Guerra. ¡A vosotros os toca decidir quién llevará la Espada Sabia y quién distraerá al Enemigo, y descubrir la oportunidad, el kairos, para actuar! Señores de Tharsis: He dicho cuanto tenía que decir y no conviene, por motivos estratégicos, agregar nada más. Os reitero el saludo de Navután y me despido hasta la próxima coincidencia en el Kairos de la Batalla Final. ¡Gracia y Honor, Sangre de Tharsis! –nos deseó nuevamente el Señor de Venus, levantando el brazo derecho para expresar el Bala Mudra. – ¡Salve, Capitán Kiev! –respondimos, practicando también el Bala Mudra, que siempre fue el saludo secreto de la Casa de Tharsis. Sexagesimosegundo Día La niebla se había disipado y estábamos nuevamente frente al Meñir de Tharsy. Ambos nos miramos con la interrogación pintada en el rostro, conscientes de que afrontábamos el mismo dilema. ¿Quién respondería a la orden de transportar la Espada Sabia al Valle de Córdoba? ¿Y quién asumiría la misión suicida de distraer al Enemigo? Para mí la cuestión no ofrecía dudas: Yo me ocuparía de la táctica de distracción. Pero supuse, y supuse bien, que Noyo se opondría a esa decisión: él, me decía, estaba mejor dotado para ofrecer al Enemigo la mayor resistencia; jamás se rendiría. Yo debería viajar con la Espada Sabia mientras él desviaba tras sus pasos la atención del Enemigo. Mucho me costó, Dr. Siegnagel, persuadirlo de que mi plan era estratégicamente superior. Y lo era porque el mismo no apuntaba solamente a poner a buen resguardo la Espada Sabia sino que contemplaba la muy probable posibilidad de que el Señor de la Orientación Absoluta 316