Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 312
¨El Misterio de Belicena Villca¨
purihuaca Voltan, descansaba la Espada Sabia aguardando la Señal Lítica de la Batalla
Final.
Sexagesimoprimer Día
Llegamos, pues, al siglo XX, Dr. Siegnagel! Y llegamos no porque el paso implacable del
tiempo nos haya conducido a él, sino porque he decidido saltear 400 años de la historia
americana de nuestra Estirpe. Procederé de este modo para apurar el final de la carta, pues
supongo que Ud. ha de haberse cansado de la lectura y creo que puede ya comprender el
drama de la Casa de Tharsis y sacar sus propias conclusiones. Como sabe, Yo desciendo de
Lito de Tharsis y de la Princesa Quilla, quienes formaron una familia que siempre permaneció
en el lugar del Pucará de Tharsy, en Thafy del Valle, Provincia de Tucumán: durante esos
cuatro siglos hubo muchos Noyos y Vrayas que custodiaron la Espada Sabia; Yo misma fui
Vraya por diez años, los últimos cinco en compañía de mi hijo Noyo. Pues bien, Dr. Siegnagel,
para acabar la narración de manera clara sólo cabe agregar una palabra sobre la reacción del
Enemigo, que en estos siglos no olvidó ni por un instante a los Señores de Tharsis y a la
Espada Sabia; ni tampoco a la Estirpe de Skiold.
Al parecer, explorando pacientemente los Registros Culturales de miles de Mundos de
Ilusión semejantes a éste, la Fraternidad Blanca consiguió reconstruir con bastante
aproximación los pasos dados por Lito de Tharsis en América. Supo que el linaje de Skiold se
había dirigido a un Valle Secreto de la Provincia de Jujuy, cuya entrada estaba sellada con las
Vrunas de Navután, y que Lito de Tharsis prosiguió en cambio hacia Tucumán, perdiendo
empero todo rastro de su ulterior destino. Ante tal certeza, la Orden de Melquisedec dispuso
que decenas de sus mejores agentes se distribuyesen en las zonas donde pudiesen estar
ocultos los Hombres de Piedra o en los sitios por donde podrían emerger en el Futuro. La
Espada Sabia, y la Corona del Rey Kollman, con sus malditas Piedras de Venus, constituirían
una ventaja estratégica en la Batalla Final que de ningún modo los Demonios de Chang
Shambalá podrían permitir. Pero los Mundos de la Ilusión son millones y, en todos, los
argumentos arquetípicos, las historias de la Historia, se desarrollan simultáneamente. Sólo en
uno de tales Mundos sucede la trama que será Real al Final, cuando el Señor de la Guerra la
afirme desde el Principio, según predijera el Capitán Kiev en San Félix de Caramán. La
Fraternidad Blanca sabe que así ocurrirá pero no puede conocer a priori cuál será el Mundo
Real de los Señores de Tharsis; y por eso, mientras tanto, se ve obligada a desplegar sus
agentes infernales, sus Maestros, Sacerdotes, e Iniciados, en torno de la antigua ruta que Lito
de Tharsis tomara en América; y en muchos Mundos a la Vez. Pero esta vez procurarán evitar
“cometer errores”: para eso han determinado que cualquier señal de los Señores de Tharsis, o
de Skiold, sea comunicada a Chang Shambalá, con el fin de que Bera y Birsa en persona se
ocupen de tan vital asunto. Y así será, Dr. Siegnagel: en pleno Siglo XX, pero al igual que
hace miles de años en Tharsis, los Demonios Inmortales se acercarán a los hombres
despiertos para consumar su atroz venganza. Y a Ellos, como antaño, sólo los salvará la
Sangre Pura, el Recuerdo del Origen que libera al Espíritu Increado. Los que tengan su
Espíritu orientado quizás mueran ahora a manos de los Demonios, como Yo misma
seguramente moriré; pero entonces sólo conseguirán matar el cuerpo animal en un Mundo,
sólo obtendrán un pellejo vacío, vana victoria; al final, cuando sobrevenga la Batalla Final, y el
Señor de la Guerra afirme la Realidad del Mundo del Espíritu, todos los que hemos muerto por
la causa del Espíritu estaremos Vivos para marchar fuera del Universo de El Uno, pasando por
sobre las Potencias de la Materia, mientras a nuestras espaldas se desencadena el
Holocausto Final de los Demonios del Alma.
Y así llegamos al Siglo XX, Dr. Siegnagel, rodeados por todas partes de agentes de la
Fraternidad Blanca. Sin embargo, mientras la Espada Sabia o la Corona del Rey Kollman
permaneciesen tras los crómlech, los Demonios no podrían relacionarlas con el Tiempo y no
sabrían en qué mundo actuar. Podíamos, pues, movernos relativamente sin ser notados, pero
las cosas cambiarían en los últimos años, cuando el Capitán Kiev se hiciese presente para
adelantar instrucciones sobre la Batalla Final.
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