Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 303
¨El Misterio de Belicena Villca¨
– ¿“Molay”, “Quiblón”? ¿Significan algo esas palabras para Ustedes? Porque los
Sacerdotes Diaguitas, cada vez que degollaban un prisionero de oreja a oreja, procurando
que la sangre cayese en el lago, gritaban: – ¡Por Molay! ¡Por Quiblón! Nuestros antepasados
escribieron con runas esos nombres, que para ellos no tenían sentido, pues deseaban que
algún día sus descendientes aclarasen el enigma.
Los Hombres de Piedra quedaron mudos, clavados en su sitio. Pero pensaban: ¡Qué
terrible es la Ilusión del Gran Engaño! ¡Qué diferente es la misma realidad vista desde otra
perspectiva! Aquél, de 1315, había sido un buen año para la Casa de Tharsis: se presentó el
Sr. de Venus y aprobó todo lo actuado contra los planes de la Fraternidad Blanca; la acción de
la Casa de Tharsis, y del Circulus Domini Canis, causó la destrucción de la Orden del
Temple; y con ellos, con la hoguera de Jacques de Molay, desapareció por el momento el
peligro de la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido. También la venida de Quiblón se
retrasaría 180 años. Y en ese año los Valentininos se radicaron en Turdes. Sí; 1315 fue un
año fasto que aún recordaban con simpatía los Señores de Tharsis: inclusive se llegó a decir
que era uno de los mejores años en la historia de la Casa de Tharsis. ¡Y ahora comprendían
que para sus hermanos skioldanos aquél fue un año nefasto, el peor de su historia! El
Enemigo tomó entonces contra ellos una venganza atroz: ¡intentó extinguir su Estirpe en
represalia por la destrucción de la Orden del Temple! De allí que dijeran, tras cada ejecución
“– ¡Por Molay, por Quiblón!–”, remedando a Charles de Tharsis, cuando decía a los Golen que
iban a morir en las hogueras de Senz: “– ¡Por Navután y la Sangre de Tharsis!–” ¡Malditos
Golen; malditos miembros del Pueblo Elegido; malditos Bera y Birsa: una nueva cuenta para
saldar en la Batalla Final!
Continuaré con el relato resumido, Dr. Siegnagel. Sólo agregaré que, desde entonces,
1315 sería considerado año de luto para la Casa de Tharsis.
Los Hombres de Piedra del linaje de Skiold permanecieron refugiados en la Isla de la Luna
durante treinta y cinco años, antes de atreverse a realizar una nueva acción estratégica. En
ese lapso, la vigilancia de los indios hebreos fue constante sobre el lago Titicaca, pues
numerosas leyendas locales hablaban de las cavernas y túneles que los Atlantes blancos
construyeran miles de años atrás: ellos sospechaban que algunos Atumurunas podrían
haberse ocultado allí. Sin embargo, las Vrunas de Navután constituían un obstáculo insalvable,
aún para los poderes de los Demonios Berhaj y Birchaj, seres carentes de Espíritu Increado; y
casi nadie que no fuese un Iniciado Hiperbóreo volvería a ver jamás a los Atumurunas. En
verdad, los sobrevivientes eran muy pocos, aunque los acompañaban un número mayor de
miembros de la Raza mestiza a la que pertenecían los Amautas del Bonete Negro: esa Raza
se había formado por la mezcla de la sangre vikinga y los indios que habitaban en Tiahuanaco
a la llegada del Rey Kollman. Empero, no obstante el mestizaje mencionado, los vikingos
trataron siempre de conservar la Sangre Pura e impusieron una ley por la cual sólo eran
Nobles aquellos que descendiesen del linaje de Skiold. De ese modo, la pertenencia a la
Nobleza exigía el casamiento entre integrantes de la Raza conquistadora: los mestizos,
aunque eran parientes de los vikingos, quedaban excluidos de la Nobleza pero no así del
derecho a participar del Misterio de la Sangre Pura. Vale decir, que los mestizos podían
acceder a la Iniciación Hiperbórea, facultad que acabó dividiéndolos a su vez en Iniciados, es
decir, Amautas del Bonete Negro, y Quillarunas, o sea Hombres Lunares o Pueblo de la
Luna.
Los sobrevivientes de la matanza diaguita se componían de una docena de Atumurunas y
un centenar de Quillarunas. Cuando creen disminuido el peligro, treinta y cinco años después,
los Atumurunas deciden ocupar el Camino de los Dioses, una antiquísima ruta del Imperio
Atlante que iba desde Tiahuanaco hasta el Mar Caribe. En una primera etapa, se expanden
por el Camino secreto hasta la altura de Cuzco, donde existía una salida lateral hacia aquella
ciudad. Es entonces que deciden enviar a dos Iniciados Atumurunas para que formen una
nueva Estirpe real en los pueblos de la región de Cuzco, quienes habían sido vasallos de los
vikingos de Tiahuanaco durante siglos. Uno de los Iniciados era el inga Manco Kapac, y el
otro, su pareja hiperbórea, su Esposa y Hermana, Mama Ocllo. Ambos realizaron su misión y
fundaron una casta que duró hasta el fin del Imperio inga, y a la cual pertenecía el Emperador
Atahualpa, el inga asesinado por Pizarro. Empero, pese a los esfuerzos efectuados, pese a
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