Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 251
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Al día siguiente, el Consejo de Familia decidió cumplir exactamente las instrucciones
recibidas.
Aquel Noble, que aceptó a Vrunalda como hija legítima, al morir no dejó otros herederos
para sus Señoríos austríacos que sus supuestos nietos. Los hijos y nietos de estos, entre los
cuales se contaban los doce presentes, cuidaban de su patrimonio en el Este aunque sin
abandonar la base familiar española de Turdes. Ahora se radicarían todos en Austria, en tanto
que los valentininos abandonarían San Félix de Caramán para establecerse en España. A
partir de aquí, Dr. Siegnagel, me referiré solamente a la rama de los valentininos, de los cuales
desciendo, para continuar la historia. Sobre los vrunaldinos lo único que comentaré es que
cumplieron su cometido a la perfección: se hicieron fuertes en Austria y cuando surgió el
Emperador esperado, Rodolfo II Habsburgo, constituyeron con la colaboración inestimable del
inglés John Dee y siete familias de la Nobleza alemana, la Sociedad Secreta Einherjar; tal
Sociedad funcionó por más de trescientos años en la más absoluta clandestinidad, adquiriendo
sus miembros la Más Alta Sabiduría Hiperbórea, tan Alta como jamás la poseyera antes la
Casa de Tharsis; en los siglos XIX y XX dieron nacimiento a varias Ordenes externas que
tenían por fin Anunciar a las masas de hombres dormidos la próxima Venida del Gran Jefe de
la Raza Blanca y localizar a éste para administrarle la Iniciación Hiperbórea; la penúltima
de esas Ordenes fue la Thulegesellschaft, encargada de guiar al Führer Adolfo Hitler,
nacido a fines del siglo XIX, hasta los Hombres de Piedra de la Einherjar; y la última de las
Ordenes formadas por Ellos fue la Orden Negra
inspirada en secreto por la
Thulegesellschaft, pero en realidad dirigida por los Hombres de Piedra de la supersecreta
Einherjar; los vrunaldinos alcanzaron, pues, el Honor de acompañar al Gran Jefe Blanco, al
Führer, en su Guerra Total contra las Potencias de la Materia, como había predicho tantos
siglos antes el Señor de Venus.
John Dee
Los Valentininos quedaron entonces como únicos representantes de la Casa de Tharsis
en España; especialmente, los únicos que se dedicarían a cumplir la misión familiar. Desde
San Félix de Caramán los acompañaron diez de los descendientes de Arnaldo Tíber, que
deseaban seguir viviendo cerca de sus primos. Se instalaron en la vieja Casa Señorial y
trabaron excelentes relaciones con la población catalana de Turdes, a la que agradaba que
aquellos nuevos Señores procediesen del Languedoc y comprendiesen su lengua nativa. El
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