Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 243

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Mirada de los Dioses Liberadores, de los Señores de Venus, quienes imprimirían a la Estirpe un inesperado rumbo. Pero no me adelantaré a los hechos. En las hogueras de la Inquisición Domini Canis, los planes de la Fraternidad Blanca se transformaron en cenizas. Dos hechos principales confirmaban ese fin: el desmembramiento efectuado por Felipe IV de la Sinarquía Financiera; y la huida a Escocia del Colegio de Constructores de Templos, donde siglos después daría nacimiento a la Francmasonería. Sobre este último hecho, conviene recordar lo dicho en el Día Decimosexto, cuando expliqué por qué el Colegio de Constructores de Templos necesitaba reencontrar las Tablas de la Ley: “Con esas Tablas en su poder, los Golen estarían en condiciones de levantar el Templo de Salomón en Europa, cumpliendo así con los planes de la Fraternidad Blanca y elevando al Pueblo Elegido al Trono del Mundo”. Felipe IV, advertido sobre estas intenciones por sus instructores Domini Canis, suspende la actividad de los tres gremios de masones no bien se inicia el proceso a los Templarios, bajo la acusación de complicidad y participación en los delitos de éstos: el golpe apunta al gremio de los Constructores de Salomón, que integran la Orden del Temple en calidad de frailes menores luego de recibir entrenamiento en el Cister; no hay que olvidar que el verdadero nombre de la Orden, designado por San Bernardo Golen, es “Orden del Templo de Salomón” u “Ordo Templum Salomonis”. Los Constructores de Salomón pasan enseguida a la clandestinidad y huyen de Francia, no sin antes perder varios miembros en las torturas y la hoguera; ¿qué información se esperaba obtener de ellos?: la identificación del Templo de Salomón, si éste ya había sido construido, o la revelación del lugar de su futuro emplazamiento y el avance de las obras. Hay que notar que los Golen construyeron en el siglo XIII Catedrales como Chartres, Reims, Amiens, Estraburgo, Metz, Narbona, etc., y que cualquiera de ellas podría ocultar el Templo buscado. No obstante, existían dos condiciones que eran tenidas en cuenta por los Domini Canis: una, la exigencia de que el Templo contuviese en su estructura el Secreto de la Serpiente, que estuviese proyectado en base a las veintidós letras del Alfabeto Sagrado de Jehová Satanás; y la otra, que el emplazamiento del Templo correspondiese al lugar más sagrado para los Golen. Mas esto ya se sabía: el sitio más sagrado era Lyon. Empero, aun conociendo el lugar sagrado, no era fácil descubrir el Templo pues los constructores de Salomón preferían morir sin hablar, y la Ciudad se negaba a revelar su secreto: de hecho, ni las Catedrales de Saint Jean o Saint Martin, ambas construidas con el método gáulico, tenían nada que ver con el Templo de Salomón pues en ella no aparecía el Secreto de la Serpiente ni los veintidós signos del Alfabeto Sagrado. Cuando al fin, en 1310, Felipe el Hermoso adquiere los derechos sobre Lyon, envía una partida de especialistas Domini Canis en Arquitectura Golen para inspeccionar palmo a palmo la región. Este intento tendría éxito recién un año después, al hallar en una encomienda Templaria sobre el monte Fourvieres, los cimientos de un Templo que se ajustaba en todas sus medidas a las proporciones arquetípicas del Universo: los Golen proyectaban acabar su edificación simultáneamente con la instauración del Gobierno Mundial, y todo estaba listo allí para ser armado como un “puzzle”; en depósitos cercanos se encontraban las piedras cortadas y señaladas, las vigas y muebles, el altar, las vidrieras, los instrumentos rituales, etc. Y todo fue minuciosamente destruido por orden expresa del Rey, quien además autorizó a los Domini Canis a ocupar aquel sitio “como si fuese una plaza liberada en el Universo”, y a fortificarlo “con una Muralla Estratégica de piedra”. Los restos de aquella construcción basada en la Sabiduría Hiperbórea aún se conservan. En 1314, pues, el Enemigo soportaba un desastre generalizado y desaparecía el peligro que obligó a la Casa de Tharsis a ocultarse cuarenta años: el terror Golen sería vencido por el Terror Domini Canis, en razón de que éste era dirigido por los Hombres de Piedra, que para el caso eran también Hombres Sin Miedo. Por supuesto, el peligro de la Muerte Final, representado por Bera y Birsa, no había desaparecido ni mucho menos; pero los Inmortales se hallaban en otra esfera de la Realidad y por el momento no regresarían para ocuparse de la Casa de Tharsis. En cambio los Golen estaban fuera de combate y no podrían detectar ya a los sobrevivientes de la Casa de Tharsis. Mas algo muy extraño ocurría ahora en la familia. Como consecuencia, quizás, del progreso realizado por la Estirpe en el cumplimiento de la misión familiar; o tal vez, por efecto 243