Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 242
¨El Misterio de Belicena Villca¨
de trasmutación colectiva, las que no pueden excluir a la Función Regia, y no simplemente
“porque eran de filiación gnóstica”.
Un Tema conectado con la propiedad que posee el Gral de ser Tábula Regia es el del
Mesías Imperial y su imitación: el Mesías Judío. En principio diré que se es Rey del Gral por la
pureza de sangre, atributo absolutamente individual que no depende ni de la Raza, ni de la
Estirpe, ni de ningún otro patrimonio material. Un Rey del Gral exhibe virtudes puramente
personales tales como el Valor, la Intrepidez o el Honor y jamás fundamenta su prestigio en las
posesiones materiales o en el valor del oro. La autoridad de un Rey del Gral, por estas
razones, proviene exclusivamente de su carisma personal, el que se extiende al resto del
pueblo merced a la “vinculación” que se establece entre el Rey y cada uno de ellos, en su
sangre, por mediación del Gral: ése es el principio de la Mística psicosocial. Por eso un Rey
del Gral, en su comunidad, es reconocido por el pueblo. Naturalmente que todos los
pueblos tendrían su Rey del Gral si la acción de la Sinarquía y de la Raza hebrea, con su
“Democracia”, “Socialismo”, “Comunismo”, etc., no hubiesen usurpado la Función Regia. De
todos modos cabe preguntar: ¿habría, a nivel universal, para los linajes hiperbóreos, la
posibilidad de que un Rey del Gral fuese reconocido por todos? Se trataría aquí de una
persona de innegable pureza cuya majestad resultaría evidente para todos los linajes de la
tierra, los que podrían aceptar o no su potestad pero a quien no podrían negar el derecho de
regir. Bien; es fácil responder que el único Señor que acredita, para todos los linajes
hiperbóreos, tal derecho, es Kristos Lúcifer. Si Él se presentase ante los linajes hiperbóreos,
su derecho a Regir por la Sangre, basado en su innegable pureza, podrá ser aceptado o
rechazado, pero jamás desconocido.
Pero la idea de un Mesías Imperial no proviene de una mera especulación. Fue en los días
negros de la Atlántida cuando, en respuesta al clamor de los Dioses, surgió la posibilidad de
que la excelsa Presencia de Kristos Lúcifer se manifestase ante la vista de los hombres. En
esos días la confusión de los Espíritus cautivos era tan completa que ya nadie respondía al
Canto de los Dioses ni era capaz de percibir la Luz del Gral. Por eso se anunció durante siglos
la venida del Mesías Imperial, el Rey de los Reyes del Gral, quien iba a restaurar la Función
Regia para restablecer la Aristocracia espiritual de los Líderes hiperbóreos y destruir la
Jerarquía sinárquica que imponían los Demonios. La profecía finalmente se cumplió con la
llegada de Lúcifer, el Kristos de la Atlántida; pero su Divina Presencia fue cobardemente
resistida por los Demonios de Chang Shambalá quienes recurrieron a la magia negra y
abrieron una brecha entre las regiones infernales del plano astral y el plano físico. A partir de
allí se generalizó una terrible contienda que sólo concluyó cuando el continente de la Atlántida
“se hubo hundido en las aguas del Océano”. No viene al caso relatar aquí sucesos que hoy
nadie recuerda y que, tal vez, no convenga recordar. Sólo agregaré que cuando el Demiurgo,
según ya expuse antes, concibe la siniestra idea de copiar la Presencia del Kristos de la
Atlántida, decide “anunciar” también la llegada de un “Mesías” imitando a su manera la figura
del Mesías Imperial. Pero las diferencias son enormes. He aquí algunas:
1ro. – El Mesías Imperial viene a restaurar la Función Regia; el Mesías hebreo viene
a ejercer la Función Sacerdotal. 2do. – El Mesías Imperial acredita su derecho por la Sangre;
el Mesías hebreo acredita su derecho por el Corazón. 3ro. – Y por eso el Mesías Imperial
será reconocido por el pueblo por la Sangre (carismáticamente); y por eso el Mesías hebreo
será reconocido por el pueblo (judaizado) por el Corazón (emocionalmente).
Cuadragesimonoveno Día
A partir de hoy, Dr. Siegnagel, retomaré el relato interrumpido el Cuadragesimotercer Día.
Creo que en los últimos cinco Días he aclarado bastante los conceptos fundamentales de la
Sabiduría Hiperbórea y que valió la pena hacer un alto, para ello, en la historia de la casa de
Tharsis. El gozne de la Historia se produjo cuando la Estrategia Hiperbórea de Felipe IV triunfó
sobre los planes sinárquicos de la Fraternidad Blanca y la plana mayor de la Orden del Temple
fue enviada a la hoguera. Y en esa hazaña, a la Casa de Tharsis no le cupo un papel menor,
operando activamente en el Circulus Domini Canis, lo que atraería sobre ellos la Atenta
242