Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 238

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Todo un país sustraído al control inmanente del Demiurgo era una experiencia nueva, pero, como quiera que esto hubiese sido posible, lo cierto es que la isla continuaba allí: oculta por una barrera de fuego pero en el mismo lugar. Es por eso que la reacción del Demiurgo hizo temblar la Tierra, buscando afectar de algún modo aquel fenómeno incomprensible y recuperar el dominio de la “plaza”. Terribles maremotos agitaron los mares adyacentes y vientos nunca vistos soplaron inútilmente contra las titánicas murallas; el cielo se oscureció por las nubes de ceniza de volcanes súbitamente despiertos y el fondo del océano amenazaba con partirse e intentar tragar a la isla “liberada”. El mundo parecía haber enloquecido, mostrando el espectáculo terrorífico de todas las fuerzas de la naturaleza “descontroladas”, cuando, “como si fuese el colmo de las abominaciones, el Gral descendió sobre la Tierra”. ¿Qué podría agregar para dar una idea de lo que sucedió allí? Ya dije que es muy difícil describir, y hasta mencionar, un suceso que generó una irritación perpetua en los Demonios. Tal vez este comentario le diga algo, Dr., si recuerda las explicaciones cabalísticas de Bera y Birsa: “al caer el Gral sobre la Tierra, más allá de los trescientos setenta veces diez mil Mundos, el Gran Rostro del Anciano lanzó un aullido de horror que aún se oye reverberar en los confines del Cosmos”. No bien el Gral se hubo asentado sobre la Runa de Oricalco los Dioses Leales practicaron la Oposición Estratégica logrando, ahora sí, que la isla amurallada se tornase invisible, desapareciendo para siempre de la superficie terrestre. De allí en adelante los hombres dormidos hablarían del Valhala, la morada de los Dioses, y también de Hiperbórea, la “isla tragada por el mar”, pues el Mito original, trasmitido carismáticamente por los Dioses ha sufrido distintas caídas en el exoterismo debido a la impureza de sangre de los hombres dormidos. Cuadragesimoctavo Día Síntesis General de la Sabiduría Hiperbórea: La pregunta que inició el precedente comentario esotérico decía ¿qué ha sido del Gral...? Como respuesta se obtuvo que es erróneo indagar sobre el Gral ya que éste es virtualmente El Origen, y jamás se ha movido de allí. Su asiento, en cambio, la Vruna de Oricalco, posee las dimensiones de un objeto material y es dado suponer que, en gran medida, éste sí resulta afectado por las leyes físicas. Se puede entonces replantear el problema: ¿qué ha sido de la Vruna de Oricalco? ¿Continúa aun sosteniendo la gema de Kristos Lúcifer? en este último caso la respuesta es afirmativa: la Vruna de Oricalco ha sido desde entonces el asiento del Gral, situación que no ha variado en absoluto en los tiempos modernos. En cuanto a la primera pregunta se debe comprender que sería una tarea imposible resumir aquí el itinerario completo seguido por la Vruna de Oricalco hasta nuestros días; ello obligaría a mencionar Civilizaciones desaparecidas y, muchas de ellas, completamente desconocidas para la Cultura oficial. Me remitiré entonces a los tiempos históricos, comenzando por establecer algunas pautas que permitirán encarar el problema de manera correcta, evitando así muchas supersticiones o desinformaciones. 1ro. – La Vruna de Oricalco ha sido muchas veces confundida con el Gral. En efecto; ya he demostrado por qué el Gral no debe buscarse; sin embargo en algunas ocasiones realmente ha habido transporte y se ha pensado, con razón, que se trataba del Gral. Pero el Gral no es un objeto del cual pueda uno apropiarse, y menos aún manipular o transportar. Con toda verosimilitud lo que ha sido transportado es la Vruna de Oricalco, en el marco de una Estrategia racial. En ese caso no se puede achacar la confusión únicamente a la acción estratégica enemiga porque, en la degradación de los antiguos Mitos hiperbóreos, la mayor responsabilidad recae sobre la impureza sanguínea de los hombres. 2do. – La presencia de la Vruna de Oricalco entre los miembros de una comunidad de linaje hiperbóreo tiene la virtud de favorecer la vinculación carismática y de legalizar la conducta de sus Líderes. 238