Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 225
¨El Misterio de Belicena Villca¨
que los linajes hiperbóreos habían adoptado mientras en los ojos de la “Raza Sagrada” brillaba
de gozo la mirada del Demiurgo y la Sinarquía del Horror ejercía su tiranía de oricalco. En tal
estado de degradación ya nadie era capaz de recibir la luz del Gral ni de escuchar el Canto de
los Dioses. Por eso Kristos Lúcifer decidió manifestarse a la vista de los hombres. Lo hizo,
acompañado por una guardia de Dioses Liberadores, y ello determinó el fin de la Atlántida...
Pero esta es una historia antigua. En tiempos recientes el Demiurgo ha resuelto repetir
nuevamente, a imitación de los linajes hiperbóreos, la creación de una “Raza Sagrada” que lo
represente y a la cual le estará reservado el alto Destino de reinar sobre todos los pueblos de
la Tierra. Con el Pacto de Sangre celebrado entre Jehová Satanás y Abraham queda fundada
la “Raza Sagrada”, y sus descendientes, los hebreos, constituirán el “Pueblo Elegido”. Así
como los Espíritus Hiperbóreos, divinizados por la presencia del Gral, representan el “linaje
herético” por excelencia, los hebreos, frente a ellos, se presentarán como el “linaje más puro
de la Tierra”.
Israel, pueblo elegido por Jehová Satanás para que sea su representante en la Tierra,
¿qué títulos exhibirá como prueba irrefutable de que tal es Su Voluntad? El Demiurgo,
siguiendo su habitual sistema de “imitar”, razona de este modo: “Si por la Gema de Kristos
Lúcifer, el Gral, ha sido divinizado el linaje hiperbóreo, también por una ‘Piedra del Cielo’ será
consagrada la Estirpe de Abraham. Pondré en el mundo una Piedra en la cual estará escrita Mi
Ley como
de que Israel es el Pueblo Elegido, ante el cual deberán
humillarse las demás Naciones”.
Tal es la reacción directa del Demiurgo. Elige de entre la hez de la humanidad al pueblo
más miserable y luego de pactar con él le hace “crecer” a la sombra de Reinos poderosos.
Cuando decide que a la “Raza Sagrada” le ha llegado el momento de cumplir su misión
histórica “renueva el pacto” entregando a Moisés la clave del Poder. Entonces Israel, el linaje
más puro de la Tierra, atraviesa los milenios y marcha hacia su futuro de gloria, mientras los
Imperios y los Reinos se hunden en el polvo de la Historia. Sin duda ha sido efectiva la
reacción del Demiurgo y poderosos han resultado los efectos de Su Piedra, la fuerza de Su
Ley. Por eso cabe preguntarse ¿qué es en realidad lo que Jehová Satanás entrega a los
hebreos como instrumento de poder y de dominación universal?; lo repetiré sintéticamente: las
“Tablas de la Ley” contienen el secreto de las veintidós voces que el Demiurgo pronunció
cuando ordenó la materia y por las cuales ha sido formado todo lo existente. El conjunto de
símbolos contenidos en las Tablas de la Ley es lo que de antiguo se conoce como Cábala
Acústica. En la Atlántida este conocimiento fue en principio patrimonio de otra “Raza
Sagrada”, pero, más adelante, los Guardianes del Arte Lítico, antepasados del cromagnón y
padres de la Raza Blanca, llegaron a dominarlo por completo.
“Las Tablas de la Ley” son entonces “la Piedra” que el Demiurgo ha puesto en el Mundo
como soporte metafísico de la “Raza Sagrada” a imitación del conjunto “linaje
hiperbóreo/ Gral”. Sin embargo, como en todas las “imitaciones” del Demiurgo, no debe verse
aquí una equivalencia demasiado precisa. El Gral, desde el pasado, refleja para cada uno de
los hombres el Origen Divino y constituye un intento de Kristos Lúcifer por acudir en ayuda de
los Espíritus cautivos o, en otras palabras, la influencia del Gral apunta a lo individual y a lo
espiritual. Las Tablas de la Ley por el contrario, apuntan a lo colectivo, entre Jehová Satanás y
el pueblo hebreo, y, además, su contenido cabalístico revela las claves que permiten dominar
todas las Ciencias materiales.
Si la confusión estratégica, la encarnación, el encadenamiento a la Ley del Karma, etc.,
son males terribles que aquejan a los Espíritus Hiperbóreos, la convivencia terrestre con una
“Raza Sagrada” de Jehová Satanás es sin duda la más espantosa pesadilla, peor aún que
cualquiera de las desdichas mencionadas. Porque, a partir del “pacto renovado” con Moisés, la
enemistad racial entre los linajes hiperbóreos (“heréticos”) y el linaje hebreo (“sagrado”) será
permanente y eterna, con la desventaja irreversible para los primeros de que la Voluntad
infernal del Demiurgo se expresará irresistiblemente a través de los segundos.
Después de la “aparición” de Israel sólo le queda al hombre la alternativa dramática de
regresar al Origen o sucumbir definitivamente.
Escarbando en el mito hebreo de Abel y Caín, bajo un velo de calumnias, puede
apreciarse una descripción acertada de la enemistad racial y teológica entre hebreos e
hiperbóreos. En dicho mito, Abel, que es pastor de rebaños, representa el tipo básico del
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