Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 224
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Cuando se plantea la pregunta, ingenua, sobre ¿cómo son los mundos de donde procede
el Espíritu cautivo?, creyendo que puede haber alguna imagen que represente a la
inimaginable Hiperbórea, la Sabiduría Hiperbórea suele responder con una figura metafórica;
dice así al ignorante aprendiz: “imagina que una mota de polvo recibe un débil reflejo de los
Mundos Verdaderos, y supón que, luego, dicha mota es dividida y reorganizada en infinitas
partículas. Haz otro esfuerzo de imaginación y supone ahora que el Universo material que
conoces y habitas ha sido construido con los pedazos de aquella mota de polvo. La Sabiduría
Hiperbórea te dice: si eres capaz de reintegrar en un acto de imaginación la inmensa
multiplicidad del Cosmos en la mota original, entonces, viéndola en su totalidad, percibirás sólo
un débil reflejo de los Mundos Verdaderos. Si eres capaz de reintegrar el Cosmos en una
mota de polvo verás sólo una imagen deformada de la Patria del Espíritu. Eso es todo
cuanto puede conocerse desde aquí”.
La metáfora se torna transparente si se considera que el Demiurgo ha construido el
Universo imitando una torpe y deformada imagen de los Mundos Verdaderos. Ha insuflado Su
Aliento a la Materia y la ha ordenado con el propósito de “copiar” el débil reflejo que alguna vez
recibió desde las Esferas Increadas. Pero ni la sustancia era la adecuada ni el Arquitecto
estaba capacitado para ello y, sumado a esos males, debe considerarse la intención perversa
de pretender reinar como Dios de la obra, a semejanza (?) del Incognoscible. El resultado
está a la vista: un Infierno maligno y demencial, en el cual, muchísimo tiempo después de su
creación, por un Misterio de A-mort incontables Espíritus Eternos fueron esclavizados,
encadenados a la materia y sujetos a la evolución de la vida.
La característica principal del Demiurgo es evidentemente la imitación, por medio de la
cual ha intentado reproducir los Mundos Verdaderos y cuyo resultado ha sido este vil y
mediocre Universo Material. Pero es en las distintas partes de Su Obra adonde se advierte la
alucinante persistencia en imitar, repetir y copiar. En el Universo “el todo” es siempre copia de
“algo”: los “átomos”, todos semejantes; las “células”, que se dividen en pares análogos; los
“animales sociales”, cuyo instinto gregario se basa en la “imitación”; la “simetría”, presente en
infinidad de fenómenos físicos y biológicos; etc. Sin extenderse en más ejemplos puede
afirmarse que la abrumadora multiplicidad formal de lo real es sólo una ilusión producto del
cruzamiento, intersección, combinación, etc., de unas pocas formas iniciales. En verdad el
Universo ha sido hecho a partir de contados elementos diferentes, no más de veintidós, que
soportan, por sus infinitas combinaciones, la totalidad de las formas existentes.
Teniendo presente el principio imitativo que rige la obra del Demiurgo, se puede
considerar ahora su reacción directa ante la presencia del Gral.
Dije que el Gral diviniza los linajes hiperbóreos al probar de manera irrefutable la verdad
del Origen y que la reacción de los Demonios ha sido considerar a los mismos como linajes
heréticos, merecedores del castigo más terrible.
Pero mientras los Demonios se ocupaban de castigar a los hombres con las pesadas
cadenas del Karma, muy otra sería la actitud del Demiurgo. El, según su característica, ha
querido imitar, y aún superar, a los linajes hiperbóreos fundando una Raza Sagrada que lo
represente directamente, es decir, que canalice su voluntad, y, por intermedio de la misma,
reinar sobre los Espíritus encarnados. Una “Raza Sagrada” que se levante en el medio mismo
de los pueblos condenados al dolor y al sufrimiento de la vida y que, triunfando sobre ellos,
acabe por infligirles la humillación final de someterlos a la Sinarquía de los Demonios.
Entonces los linajes hiperbóreos, hundidos en el barro de la degradación espiritual, exhalarán
sus últimos lamentos y esos gritos de dolor, esos alaridos de espanto, serán la dulce música
con que la Raza Sagrada regalará a su “Dios” Jehová Satanás, el Demiurgo de la Tierra.
Como ya he dicho el Demiurgo ha intentado muchas veces esta empresa; “los gitanos”,
por ejemplo, son el remanente étnico de una “Raza Sagrada” que prosperó en la última
Atlántida, cuando los Dioses Traidores sometieron a la Sinarquía del Horror a los linajes
hiperbóreos. Los Espíritus encarnados se vieron allí precipitados a las más infames prácticas:
la sangre Divina se degradó y confundió por medio de la mezcla indiscriminada de Razas, y, lo
que es peor, se lograron realizar ayuntamientos fértiles entre hombres y animales con el
concurso de la magia negra; se inmolaron miles de víctimas humanas para saciar la sed de
sangre de Jehová Satanás, adorado allí en su Aspecto de “Dios de los ejércitos infernales”. La
crueldad, la orgía colectiva, distintas formas de drogadicción, etc., eran todas “costumbres”
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