Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 212
¨El Misterio de Belicena Villca¨
canción. Una curiosa canción que narraba la historia de un amor prohibido y sublime entre un
Caballero y una Dama ya desposada. Consumido por una pasión sin esperanza el Caballero
había emprendido un largo y peligroso viaje por países lejanos y desconocidos, durante el
cual, se fue haciendo diestro en el Arte de la Guerra. Al principio trató de olvidar a su amada,
pero pasados muchos años, y habiendo comprobado que el recuerdo se mantenía siempre
vivo en su corazón, comprendió que debería vivir eternamente esclavo del amor imposible.
Entonces se hizo una promesa: no importarían las aventuras que tuviese que correr en su
largo camino, ni las alegrías e infortunios que ellas implicaran; interiormente él se mantendría
fiel a su amor sin esperanzas con religiosa devoción, y ninguna circunstancia lograría apartarlo
de su firme determinación.
Y así terminaba la canción: recordando que en algún lugar de la Tierra, convertido ahora
en un monje guerrero, marcha el Caballero valeroso, provisto de poderosa espada y brioso
corcel, pero llevando colgada del cuello una bolsa que contiene la prueba de su drama, la
clave de su secreto de amor: el Anillo de Bodas que jamás será lucido por su Dama.
Contrariamente a la canción infantil de la primera parte del mensaje, ésta no producía
una inmediata nostalgia sino un sentimiento de pudorosa curiosidad en el prisionero. Al
escuchar, viniendo quién sabe de dónde, en su antigua lengua natal, la historia del galante
Caballero, tan fuerte y valeroso, tan completo en la batalla, y sin embargo tan dulce y
melancólico, tan desgarrado interiormente por el Recuerdo de A-mort, se sentía el cautivo
presa de esa curiosidad pudorosa que experimentan los niños cuando presienten las
promesas del sexo o intuyen los misterios del amor. ¡Podemos imaginar al prisionero
cavilando, perplejo por el enigma de la canción evocadora! Y podemos suponer, también, que
finalmente hallará una clave en aquel Anillo de Bodas... que según la canción jamás sería
usado en boda alguna. Por inducción, la idea del anillo, le llevará a buscar y encontrar la
salida secreta.
Hasta aquí la alegoría. Debemos ahora destacar las relaciones analógicas que ligan al
prisionero con el Yo del hombre dormido.
Cuadragesimoquinto Día
Síntesis General de la Sabiduría Hiperbórea:
Con el fin de que la relación analógica quede claramente evidenciada procederé de acuerdo
al siguiente método: primero afirmaré una premisa con respecto a la historia alegórica del
“prisionero”; en segundo lugar afirmaré una premisa referida a una situación análoga en el
hombre dormido; en tercer lugar, compararé ambas premisas y extraeré la conclusión, es
decir, demostraré la analogía. Se comprende que no puedo exponer la totalidad de las
correspondencias sin riesgo de extenderme indefinidamente. Por lo tanto sólo destacaré
aquellas relaciones que son imprescindibles para mi exposición y dejaré, como ejercicio de
imaginación, Dr. Siegnagel, la posibilidad de establecer muchas otras.
Recuerde solamente que en el hombre dormido, el Yo perdido se encuentra sumido en el
sujeto anímico consciente, es decir, confundido con el sujeto anímico evolutivo o Alma. Aquí
he preferido considerar al Yo perdido ligado directamente a la razón, es decir, al sujeto
anímico racional, en virtud de ser este sujeto quien más cerca se encuentra del Mundo y
quien primero recibe las impresiones de los entes externos. Por “razón”, en todo caso, ha de
entenderse, “el sujeto anímico evolutivo” propio del animal hombre, quien evoluciona por la
acción confusa del Yo, esa manifestación del Espíritu encadenado.
- 1 -
a - El prisionero se encuentra a merced de sus guardianes, quienes lo mantienen en
perpetuo cautiverio.
b - El Yo, del hombre dormido, es prisionero perpetuo de la “razón”, vale decir, del sujeto
anímico evolutivo.
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