Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 164
¨El Misterio de Belicena Villca¨
de Tharsis fuese descubierta: sería consciente, dolorosamente consciente, de que en tal caso
su familia podría ser nuevamente exterminada por los Golen. Pedro de Creta entendió así que
el mayor daño posible al Enemigo lo causaría la constitución de una familia de la sangre de
Tharsis que perpetuase en secreto la herencia del linaje. ¡Y entonces sí se mostró dispuesto a
seguir el plan de Rodolfo de España!
La presencia de Pedro de Creta se justificó por la amistad que tenía con el Barón de San
Félix, esto es, con el “Caballero romano” que representaba el Hombre de Piedra, y luego por el
matrimonio con la “hermana” de éste, una joven castellana de nombre Valentina. La pareja
pasó gran parte de su vida recluida en el Castillo, así como la familia de Arnaldo Tíber, sin
despertar jamás las sospechas del Enemigo sobre su verdadero origen. Para la explotación de
la propiedad, y cubrir toda posible suspicacia entre los aldeanos, los castellanos contaron con
la ayuda inestimable de una familia de villanos a quienes se había enfeudado la granja. Los
Nogaret, que así se llamaban, provenían de un antiguo linaje occitano profundamente
comprometido con la “herejía cátara”, es decir, con la Sabiduría Hiperbórea. Varios de sus
miembros fueron quemados por Simón de Montfort durante el sitio de Albi; el resto de la familia
habría corrido igual suerte si los Domini Canis no la hubiesen protegido, aceptando en los
tribunales inquisidores, que controlaban, su conversión al catolicismo y trasladándola a San
Félix de Caramán. A estos bravos Cátaros, leales hasta la muerte y valientes hasta la
temeridad, los unía con los Señores del Perro un mismo odio hacia la Iglesia Golen y su Dios
Creador Jehová Satanás: sólo esperaban una oportunidad para contribuir en la lucha contra
los planes de la Fraternidad Blanca. Y esa oportunidad los Señores del Perro se la ofrecieron,
treinta años más tarde, a Guillermo de Nogaret.
Pedro de Creta y Valentina de Tharsis procrearon cuatro hijos, quienes habitaron toda su
vida en San Félix. Fueron seis nietos suyos, junto a otros diez familiares de Arnaldo Tíber, los
que recién retornaron a España a partir del año 1315: y entre ellos iba Enrique Cretez,
antepasado directo de Lito de Tharsis. Es claro así, Dr. Siegnagel, por qué me he detenido
tanto en hablar sobre ellos: Yo desciendo directamente de aquella pareja formada por Pedro y
Valentina.
Trigesimocuarto Día
Al iniciarse el siglo XIII, los planes de la Fraternidad Blanca parecían cumplirse
inexorablemente: y sin embargo fracasaron. ¿Qué ocurrió, entonces?”. Esta era, Dr.
Siegnagel, la pregunta planteada en el Día Decimoctavo. La respuesta, que ahora podrá
comprender con mayor profundidad, afirmaba que dos causas exotéricas y una esotérica, y
fundamental, explicaban el fracaso; sintéticamente, las causas exotéricas se centraban en dos
hombres de la Historia, Federico II de Alemania y Felipe IV de Francia; empero, ellos sólo
expresaban la acción de ciertas fuerzas ocultas, a las que denominé “oposición de la Sabiduría
Hiperbórea”. La primer causa exotérica y la oposición de la Sabiduría Hiperbórea ya fueron
expuestas. Faltaría ahora, para completar la explicación, mostrar cómo el Circulus Domini
Canis aplica el Golpe de Gracia a la Estrategia enemiga dirigiendo contra sus planes los actos
de Felipe IV de Francia, la segunda causa exotérica.
En 1223 moría Felipe II Augusto, un Rey anestesiado por los Golen, que permaneció
indiferente durante la Cruzada contra los Cátaros y permitió la consolidación de la Orden del
Temple en Francia. Le sucedería Luis VIII el León, monarca física y espiritualmente débil, que
participaría en 1226 de la segunda Cruzada contra los Cátaros y moriría ese mismo año.
Desde entonces, y hasta 1279, gobierna Luis IX el Santo, quien deja definitivamente zanjada la
cuestión del Languedoc al incorporar todos los territorios a la Corona de Francia por el
casamiento, obligado, de la única hija del Conde de Tolosa con su hermano Alfonso de
Poitiers. Posteriormente, el Rey güelfo de Aragón Jaime I confirmaría a Luis IX las conquistas
territoriales occitanas cediendo, en el tratado de Corbeil de 1257, los derechos de Aragón
sobre Carcasona, Rodes, Lussac, Bezier, Albi, Narbona, Nimes, Tolosa, etc., traicionando con
ello la Causa por la que su padre, Pedro II, muriera en la batalla de Muret luchando contra
Simón de Montfort; también cedería su hija Isabel para esposa de Felipe III, hijo de Luis IX. Es
que este Jaime I era aquel niño que Pedro II había entregado como rehén a Simón de Montfort
164