Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 155
¨El Misterio de Belicena Villca¨
rápidamente a la Perfección Final. Pero aquella Semilla, como dijimos, produciría un Fruto
extremadamente hostil hacia el Dios Uno y Su Creación: un Fruto que sólo aceptaría existir
fuera del Tiempo, antes del Principio, un Fruto que sólo ansiaría abandonar el mundo de los
Seres Creados y perderse en la nada original; un Fruto que no podría ser previsto por el Alma
porque su Semilla permanecería invisible desde el Principio; un Fruto al que denominarían “el
Yo”. Y la causa de ese Fruto no sería la Piedra Fría, ni la Semilla de Piedra, sino esos
habitantes del Abismo a los que conocéis como Espíritus Hiperbóreos. Ellos son nuestros
verdaderos enemigos, mas, afortunadamente, sólo pueden manifestarse en el Alma del
hombre mediante la Piedra Fría; comprenderéis, que aquello que los encadena al Alma del
hombre, sin que Ellos lo adviertan, es la Piedra Fría en el Principio. Empero, si la Piedra
Caliente fue extraída del Fuego Caliente, el Fuego Frío, contrariamente, ha brotado de la
Piedra Fría: por ese Fuego Increado la Estirpe Maldita de Tharsis, que acabamos de
exterminar, escapó durante siglos a nuestro control e infectó al mundo con Hombres de Piedra
que pretendieron destruir las bases del Culto.
Al parecer, los Seraphim Nephilim no contaron con que el Fuego Frío brotaría de la Piedra
Fría y revelaría a los hombres luciféricos lo que Ellos denominan “Negrura Infinita de Sí
Mismo”; por eso es necesario, desde que tal odioso Misterio fue posible, evitar en el Futuro
que la Semilla de Piedra madure y fructifique, que nazca el Niño de Piedra que recibirá la
revelación del Fuego Frío y apagará el Fuego Caliente del Corazón; es necesario lavar la
Piedra Fría con Lejía para que recupere el Fuego Caliente, el Fuego que jamás debe
abandonar el Corazón del hombre. En verdad, Sacerdotes, aunque Ellos culpen a El Uno, y a
sus representantes terrestres, de la desgracia que los aqueja, fueron los Seraphim
Hiperbóreos, los que moran en el corazón de YHVH, Tiphereth, quienes conservan el
encadenamiento espiritual; cierto que éstos obraron con el consentimiento de El Uno y nadie
sabe cuándo ni para qué los creó, ni por qué les otorgó, también, el Poder de extraer seres de
la nada. A menos que se conceda crédito a lo que Ellos mismos afirman: que no son Seres
Creados por El Uno sino que proceden, como Ehyeh, de un Mundo existente Más Allá
del Ein Sof; y que su naturaleza espiritual es igual a la de El Uno. Pero creerles a Ellos
sería cometer la más grande herejía contra la Hokhmah del Maestro del Todo, pues ¿acaso no
declaró el Uno mismo su Unidad Absoluta y Excluyente?: “¿A quién me compararéis que se
me parezca?, dice el Santo Anciano. Levantad a lo alto vuestros ojos y mirad: ¿Quién
creó todo aquello?” [Isaías, 40,25]. “Así dice YHVH, Rey de Israel, su Redentor, YHVH
Sebaoth: Soy el Primero y el último, y fuera de mí no hay ningún Dios. Vosotros sois mis
Testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No hay otra Piedra Yo no la conozco” [Isaías,
44,6]. “Vosotros sois mis testigos, dice YHVH, pues sois el Pueblo Elegido por Mí para
que sepáis y comprendáis que Yo Soy, Ehyeh. Antes de Mí ningún Dios existió, y
después de Mí no lo habrá. Yo, Yo Soy YHVH, y fuera de mí no hay Salvador. Yo Soy
Dios desde siempre y también desde hoy Soy el mismo, y no hay quien escape de mi
mano: haré lo que quiera ¿y quién lo cambiará?” [Isaías, 43,10]. Sí, Sacerdotes; no
debemos dudar de El Uno. Pero tampoco olvidar que los Seraphim Hiperbóreos fundaron la
Fraternidad Blanca a la que todos pertenecemos y en cuya Jerarquía hemos alcanzado el Más
Alto Sacerdocio.
En síntesis, de acuerdo a los planes de los Seraphim Nephilim, mientras la Semilla de
Piedra se desarrollase, el Alma del hombre de barro evolucionaría indudablemente acelerada
en dirección de la Perfección Final. Pero la realidad contradijo estos planes: aquel Germen del
Mal, al Fructificar, lejos de impulsar al Alma a elevarse hacia la Perfección Final, la hundiría en
el Terror de Abismos sin Nombre, en la Eternidad de una Negrura Infinita. Al fin, la Semilla de
Piedra terminaría dominando al Alma del hombre de barro y convirtiendo a éste en un Enemigo
del Creador y de la Creación, endureciendo su Corazón y tornándolo un ser carente de Amor,
transformándolo en un Hombre de Piedra. Es por eso que Nosotros, los Sacerdotes
Perfectos, debemos propiciar el Holocausto de Fuego, que lave con lejía al Final la Señal
Abominable en la–Piedra–que–está–plantada–en–el–Alma–del–Hombre–de–Barro. –
concluyó Birsa.
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