Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 113
¨El Misterio de Belicena Villca¨
durante mucho tiempo se había aguardado en Montsegur la llegada de una guarnición
imperial.
El Constanza, que así se llamaba el buque, luego de atravesar las Columnas de Hércules,
se internó en el Océano y tomó la ruta que siglos más tarde seguiría Díaz de Solís. Cuatro
meses después, previo remontar el Río de la Plata y el Río Paraná, arribaban a una región
cercana a la actual ciudad de Asunción del Paraguay. El mapa que empleaban los Caballeros
Teutónicos procedía de la lejana Pomerania, uno de los países del Norte de Europa que
estaban conquistando por mandato del Emperador Federico II: existía allí un pueblo de origen
danés que navegaba hacia América y poseía una colonia en el lugar adonde se había dirigido
el Constanza; aquellos vikingos comerciaban con “unos parientes” que, según ellos, se habían
hecho Reyes de una gran nación que quedaba tras las altas cumbres nevadas del poniente:
un país separado de la colonia por extensas e impenetrables selvas, que no sería otro más
que el Imperio incaico; en el Constanza venían algunos daneses que conocían el dialecto
hablado por los colonos.
Hallaron la colonia en el sitio indicado y allí desembarcaron los Hombres Puros, para
cumplir su objetivo de dar adecuado resguardo físico al Gral mediante la construcción de una
Muralla Estratégica. El barco de la Orden Teutónica partió, tiempo después, pero los Hombres
Puros ya no regresarían nunca a Europa: en cambio trabajaron durante años, ayudados por
los colonos y los indios guayakis, hasta completar una asombrosa edificación subterránea en
una de las laderas del Cerro Corá. La Presencia física del Gral estaba ahora asegurada pues
se lo había referido de tal modo a la construcción que su estabilidad espacial resultaba
suficiente para permanecer muchos siglos en ese sitio, hasta que otros Hombres Puros lo
buscasen y encontrasen.
Naturalmente, los Templarios, alertados en Europa por la Fraternidad Blanca, no tardaron
en partir en persecución de los Cátaros. Ellos navegaban habitualmente a América desde los
puertos de Normandía, adonde disponían de una poderosa flota, pues necesitaban acumular
metales preciosos, especialmente plata, para bancar a la futura Sinarquía Financiera, metales
que en América se obtenían fácilmente. Unos años después de los sucesos narrados, cayeron
los Templarios en la colonia vikinga y pasaron a todos sus habitantes a cuchillo; mas el Gral,
nuevamente, no apareció.
Los Golen no olvidarían el episodio y luego, en plena “conquista de América” por España,
una legión de jesuitas, herederos naturales de los benedictinos y Templarios, se asentaría en
la región para intentar localizar y robar la Piedra de Venus. Pero todas las búsquedas serían
infructuosas y, por el contrario, la Presencia del Gral se iría haciendo sentir de una manera
irresistible sobre los pobladores españoles, purificando la Sangre Pura y predisponiendo al
pueblo para reconocer al Emperador Universal. En el siglo XIX, Dr. Siegnagel, un milagro
análogo al de la civilización de Oc estaba a punto de repetirse: la República del Paraguay se
levantaba con luz propia sobre las naciones de América. En efecto, aquel país poseía un
ejército poderoso y bien equipado, flota propia, ferrocarril, industria pesada, agricultura
floreciente, y una organización social envidiable, con legislación muy avanzada para la Época,
en la que se destaca la educación obligatoria, libre y gratuita: y esto en 1850. La población era
aguerrida y orgullosa de su Estirpe, y sabía admirar la espiritualidad y el valor de sus Jefes.
Por supuesto, a la Fraternidad Blanca no le agradaba el rumbo que tomaba aquella sociedad,
que no se avendría a integrarse al esquema de la “división internacional del trabajo” propuesto
entonces como modelo de orden económico mundial: tal ordenamiento era el paso previo para
la concreción en el siglo XX de la Sinarquía Financiera y el Gobierno Mundial del Pueblo
Elegido, antiguos planes que, según aclaré, se frustraron en la Edad Media. Para la
Fraternidad Blanca, el pueblo paraguayo estaba enfermando; y el virus que lo afectaba se
llamaba “nacionalismo”, el peor enemigo moderno de los planes sinárquicos.
El colmo de la situación ocurrió en 1863, cuando el Gral aparece nuevamente y
confirma a todos que el Mariscal Francisco Solano López es un Rey de la Sangre Pura,
un Señor de la Guerra, un Emperador Universal. Entonces se decreta la sentencia de
exterminio contra el pueblo paraguayo y la dinastía de Solano López. En poco tiempo una
nueva Cruzada se anuncia en todos los ámbitos: Argentina, Brasil y Uruguay aportarán los
medios y las tropas, pero detrás de estos países semicoloniales se encuentra Inglaterra, es
decir, la Masonería inglesa, organización Golen y hebrea. Al frente del ejército cruzado, que
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