Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 109
¨El Misterio de Belicena Villca¨
estaba concebida, sin embargo, de acuerdo a la Más Alta Estrategia Hiperbórea. Su función no
tenía nada que ver con la defensa, la vivienda, o la belleza, sino con el Gral, con la
Manifestación Física del Gral: Montsegur sería un área de referencia desde la cual los
Iniciados podrían localizar el Gral, e, inclusive, aproximarse físicamente a él. Su función
no consistía, pues, en servir de depósito para “guardar” el Gral porque el Gral no puede estar
dentro ni fuera de nada: como el Espíritu, Eterno e Infinito, la realidad del Gral está Más Allá
del Origen. Pero, localizar el Origen, significa la liberación del Espíritu encadenado a la Materia
y para facilitar esa localización es que el Gral se aproxima a los hombres dormidos; y
Montsegur iba a ser, entonces, la Muralla Estratégica desde donde se vería el Gral, se hallaría
la orientación hacia el Origen, se reencontraría el Espíritu a Sí Mismo y se escucharía
nuevamente la Voz de la Sangre Pura. Y el Gral hablaría y revelaría a la Raza Blanca la
identidad del Rey de la Sangre Pura, del Emperador Universal.
En síntesis, Dr., desde Montsegur el Gral, como piedra, podría ser hallado y tomado
por los hombres puros; pero, mientras ellos permaneciesen en la Muralla Estratégica, el
Gral no estaría adentro sino afuera de Montsegur pues así lo exige la técnica del área
referencial en cambio, una vez tomado afuera, podría ser transportado si se lo desease a
cualquier otro sitio pues la referencia se conservaría mientras existiesen el área
referencial cercada y los Iniciados que la operan. Naturalmente, el Gral puede ser
localizado, siempre, desde cualquier lugar que constituya una plaza liberada en el
espacio del Enemigo, un área ocupada a las Potencias de la Materia según las técnicas
de la Sabiduría Hiperbórea de los Atlantes blancos, un sitio donde no actúe la Ilusión del
Gran Engaño: Sí, Dr.; desde un área estratégica semejante, en todo lugar, los Iniciados
Hiperbóreos, sean Guerreros Sabios, Hombres de Piedra, u Hombres Puros, siempre
que lo deseen podrán hallar el Gral de Kristos Lúcifer: mas, no hará falta insistir en ello,
las Murallas Estratégicas construidas entonces no serán ni parecidas a las de
Montsegur, puesto que la distribución inconstante de la materia en el espacio universal
obliga a variar puntualmente la Forma Estratégica empleada.
Como escribí hace dos días, cuando Inocencio III toma el control del Vaticano, en el año
1198, los planes de la Fraternidad Blanca estaban a punto de concretarse. Y en esos planes
figuraba, como cuestión pendiente a la que debía darse pronta solución, el cumplimiento de la
sentencia de exterminio que pesaba sobre los Cátaros. En principio, Inocencio III envía
legados especiales a recorrer el país de Oc mientras inicia una maniobra destinada a someter
al Rey de Aragón, Pedro II, al vasallaje de San Pedro, cosa que consigue en 1204: en aquel
año Pedro II era coronado en Roma por el Papa, quien le entrega las insignias reales, manto,
colobio, cetro, globo, corona y mitra; acto seguido le exige juramento de fidelidad y obediencia
al Pontífice, de defensa de la fe católica, de protección de los derechos eclesiásticos en todas
sus tierras y Señoríos, y de
. A todo accede Pedro II, que no
sospecha su triste fin a manos de los cistercienses, y, luego de recibir la Espada de Caballero
de manos de Inocencio III, cede su Reino a San Pedro, al Papa y a sus Sucesores.
A todo esto, los legados habían ya alertado a los Obispos leales a los Golen y efectuado
un prolijo censo de los prelados autóctonos que no aprobarían jamás la destrucción de la
civilización de Oc y que tendrían que ser expurgados de la Iglesia. En 1202 los Golen
consideran que las condiciones están dadas para ejecutar sus planes y deciden tender una
trampa mortal al Conde de Tolosa, Raimundo VI: el mecanismo de esa trampa apunta a
brindar una justificación para la inminente destrucción de la civilización de Oc y el exterminio
cátaro; y el artificio, ideado para engañar a la presa, es una víctima propiciatoria, un monje
cisterciense de la abadía de Fontfroide llamado Pedro de Castelnau. Aquel siniestro personaje
fue preparado muy bien para la función que tendría que desempeñar, sin saberlo, por
supuesto, pues descollaba en materias tales como la crueldad, el fanatismo, el odio a la
“herejía”, etc.; y, para potenciar su acción imprudente e intolerante, se lo dotó de poderes
especiales que lo ponían por arriba de cualquier autoridad eclesiástica salvo el Papa y se le
ordenó inquirir sobre la fe de los occitanos: en sólo seis años Pedro de Castelnau consiguió
granjearse el odio de todo un país. En 1208, luego de sostener una disputa con Raimundo VI a
causa de la represión violenta que reclamaba contra la herejía cátara, Pedro de Castelnau es
asesinado por los propios Golen y la responsabilidad del crimen hecha recaer sobre el Conde
de Tolosa: la trampa se había cerrado. La respuesta de Inocencio III al asesinato de su legado
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