analizar de forma rigurosa los factores que influyen en esta situación personales,
culturales, educativos, etc. que ayuden a la toma de decisiones.
La enseñanza crítica aplicada al pensamiento del alumno cobra un tono más vivo,
que, en esencia, tendría un carácter preventivo, facilitador y orientador de las
conductas y decisiones de los alumnos. Es importante remarcar que esta postura
no está en disyuntiva con los contenidos informativos; el pensamiento crítico se
caracteriza por actitudes y habilidades, éstos sólo se desarrollan en base a
conocimientos pertinentes.
Desde esta perspectiva una educación crítica de la sexualidad que aspira a un
pensamiento crítico en los alumnos es crucial para asegurar un desarrollo de su
sexualidad global, en particular cuando de lo que se trata de favorecer conductas
positivas. Así mismo, porque les brinda las armas con las cuales contrarrestar ideas
erróneas que provienen de diversas fuentes.
Definición y delimitación de la educación de la sexualidad
Para adentrarnos al análisis del quehacer docente partimos de los objetivos
educativos que le confiere a la enseñanza en la sexualidad ya que éstos delimitan
su acción. Algunos autores autores (Font, 1999), (Rosales, 2011), (Calixto, 1999)
proponen analizar la educación de la sexualidad a partir de modelos y enfoques que
están dentro del currículum, sin embargo, no son operados por el desconocimiento
que se tiene sobre los mismos; el problema que se aprecia no son los enfoques,
sino en la finalidad que persiguen. Tal es el caso de nuestro sistema educativo,
cuenta con enfoque integral, pero su objetivo sigue siendo informar a los jóvenes.
Por tal razón nuestro el análisis que desarrollaremos parte de los objetivos que se
confiere a la educación sexual, así mismo, porque en ellos podemos encontrar
respuesta a dos de las preguntas pedagógicas fundamentales para cualquier
análisis educativo: ¿para qué educar? ¿qué enseñar? así como definir qué y en qué
consiste la educación de la sexualidad.
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