proceso educativo está acompañado de la experimentación de emociones y
sensaciones en el conjunto de la persona.
Contrario a lo que plantea, todo acto educativo es una tarea progresiva, que debe
procurar a través de procesos lentos, continuos y sistemático de exposición e
incorporación de conocimientos, éstos no hacen alusión a párrafos que pueden ser
recitados fácilmente son un conjunto de hábitos, habilidades y destrezas e
internalización de comportamientos. Por lo cual no basta con ofrecer manual o
tríptico, no hay un camino fácil, sino resultad un proceso gradual y orientado.
Es importante remarcar que, aun cuando se retome un enfoque básico o integral, lo
que importa es brindar la información los alumnos, ya que, en el acto mismo, atiende
las demandas de los grupos que exigen una mayor apertura a estos temas al tiempo
que se mantiene neutral, pues la información en sí no genera nada ni propicia nada.
El objetivo formativo, de igual manera, puede retomar algunos de los enfoques
mencionados a, b, c y d, pero pone un mayor acento en desarrollar ciertas
habilidades en los alumnos. Pretende que los contenidos educativos desarrollen un
proceso de conocimiento personal, así como sociocultural, que tenga impacto en su
calidad de vida para los sujetos reflexionen críticamente de las situaciones que
pueden vulnerar su persona y la de los demás.
El objetivo formativo tiene una mayor iniciativa en construir estrategias para
desarrollar la reflexión, a través de éstas se da un proceso de conocimiento
personal. (SIECUS, 2004) Se incluyen conocimientos necesarios que se vinculan
con la autonomía de la persona, que se apoya en la responsabilidad sobre el
comportamiento y los juicios de valor.
Las actividades están orientadas para que los alumnos desarrollen habilidades tales
como rechazar participar en una actividad sexual no consentida o sin protección, de
insistir en el uso del condón u otro anticonceptivo, de obtenerlos para utilizarlos en
forma correcta, además pretenden fomentar la habilidad de comunicación.
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