El precio del petróleo ha venido bajando sin freno. En los ultimos 6 meses ha descendido en un porcentaje superior al 50 %, situándose la última cotización al cierre de esta edición en 46 dólares el barril, muy lejos de los 110 dólares del mes de julio de 2014. A estas alturas nadie sabe qué pasará con los precios del crudo, pero lo cierto es que no parece que a corto plazo volveremos a ver valores que superen los 100 dólares por barril dado que este descenso, según los analistas y la propia Agencia Internacional de la Energía, no está asociado sólo a efectos coyunturales motivados por la caída de la demanda en los países europeos o de algunas economías emergentes que no crecen lo esperado, o bien porque las tensiones de la primavera árabe tampoco han supuesto una caída significativa en la oferta sino también, y de forma muy importante, por el incremento de la oferta de productos petroleros procedentes de los EEUU. La irrupción de la técnica de la fractura hidráulica ha permitido poner en el mercado una cantidad importante de petróleo no convencional. Los países de la OPEP, encabezados por Arabia Saudí, han anunciado que no prevén reducir la producción para incrementar los precios como han hecho demasiado a menudo. La razón hay que buscarla en la necesidad de la OPEP ha mantener el modelo de consumo basado en el petróleo, que podría empezar a estar en peligro de forma seria de mantenerse los precios en la frontera de los 100 dólares. Los elevados precios del petróleo empujó al sector privado y público a invertir cantidades importantes en investigación y tecnología que ha permitido dar un salto en la técnica de la fractura hidráulica, logrando competitividad de extracción a 50 dólares.