Mi primera revista LesLettresFrancaisesGT-2 | Page 8

L E T R AS Bocetos de Guatemala para el mundo Mi cochito Amarillo. De Satomi Ichikawa Guatemala, Sophos, 2016. llevaba con orgullo los bellos trajes elaborados en su pue- blo, vi también mercados animados, cochitos amarillos y cementerios de colores. Todo eso me tocó y me conmovió. Y el día de los muertos, observe cómo la gente volaba sus N ací en un pequeño pueblo en Japón y salí de mi país a los 21 años para ver el mundo. Y ya hace 45 años que vivo en París. Nunca estudié arte en una escuela, y fue en Francia que comencé a dibujar, sin duda, impresionada por la belleza y la diferencia con lo que había vivido y visto hasta entonces. Luego comencé a viajar. Entre más viajo, más tengo ganas de ir al encuentro de personas diferentes a mí. Siempre llevo un cuaderno de bocetos, y dibujo todo lo que me gusta, y todo lo que me impresiona de la vida cotidiana: las gentes, los animales, los paisajes y la naturaleza, etc... Los bocetos eran, al principio, para mí, recuerdos de viajes, pero más tarde se convirtieron en una fuente preciosa de inspiración para crear mis historias. La primera vez que vine a Guatemala fue hace 16 años. Vi cómo la gente Mi Cochito Amarillo por Satomi Ichikawa. barriletes en los cementerios. Fue algo extraordinario. Sin embargo, nadie supo darme una explicación de esta cos- tumbre. Así que inventé mi propia historia a la que titulé «Mi cochito Amarillo». Si los niños guatemaltecos la acep- tan, será la más bella recompensa que puedan darme. En 2016, tuve el placer de volver a este país para compartir, con el público guatemalteco, las ilustraciones de mis álbumes y mis bocetos de viajes alrede- dor del mundo. Todo eso se dio en el marco de una exposición presentada en los espacios del Museo de arte moderno de la capital guatemalteca realizada con el apoyo de la Alianza Francesa, donde a través de un encuentro con niños de diferentes colegios pude compartir momentos maravillosos y enriquecedo- res para todos. Así mismo, fue la ocasión para desarrollar una lectura bilingüe, a dos voces, del libro – que se acababa de publicar en español por la editorial Sophos, con la espléndida evocación musical del flautista Carlos Chaclán. La riqueza del mundo viene de las diversidades de cada país. Por eso, Guatemala forma parte de mi universo. Satomi Ichikawa “El viaje de Santiago”, una historieta arqueológica H abía una vez, un niño llamado Santiago, un chico de unos diez años más o menos, un niño de campo, en el municipio de Raxruhá, un niño parecido a tantos chicos del área rural de Guatemala. Vive en un potrero, su casa es de tablas, y cerca, muy cerca de su hogar, un equipo de arqueólogos está trabajando. ¿A qué? Si en este potrero no hay ni pirámide, ni escultura, ni nada más que vacas… “A saber”, piensa Santiago. Lo que no entiende Santiago, es que en lugar de este potrero, hace mucho tiempo, hubo una ciudad, una gran ciudad maya... Tendrá que entrar en una cueva, y salir por el otro lado, para descubrir… pero no les vamos a contar la historia. Santiago, o Yak (en idioma q’eqchi’), es el personaje de una historieta de 12 páginas, imaginada por una arqueóloga y una dibujante, Chloé Andrieu et Mélanie Forné. Y es que, niños como Santiago, hay miles en Guatemala. Niños, niñas, y tam- bién adultos… ¿cuánta gente vive a la par, o encima de vestigios arqueológicos, sin ni siquiera darse cuenta? ¿Cuantas veces las antiguas ciudades Mayas han sido destrui- das por ignorancia o indiferencia? Se va la historia prehispánica del país, a pesar de los esfuerzos de muchos, como arqueólogos, académicos, autoridades protectoras del patrimonio, guardarecursos, vigilantes… En Raxruhá, hay un sitio arqueológico. Muy destruido, por cierto, muy dañad