Mi primera revista EvidenciaEE_TrujilloRivera_PedroSamuel | Page 24

Revista Electrónica “Actualidades Investigativas en Educación” Chile, 2009). Como propone Ossa (2011), las diversas políticas y leyes que han contextualizado estos énfasis buscan mejorar los procesos intermedios que intervienen en el resultado de aprendizaje, utilizando para ello instrumentos de medición, que señalan estándares de logro objetivos científicamente validados, adoptando de esta forma un sello marcado por la tecnificación y eficiencia de los procesos, como camino para mejorar los estándares educativos. En este escenario, el Decreto 170 (Ministerio de educación de Chile, 2009) declara como objetivo mejorar las condiciones de integración escolar de los niños y las niñas de Chile que presentan "necesidades especiales", proveyendo de fondos especiales de subvención para ello. Según Peña (2013) que las escuelas necesiten del diagnóstico de expertos para corroborar la existencia de problemas con pruebas validas, confiables y consistentes remite la acción de la psicóloga y del psicólogo educacional a un diagnosticador. De esta forma, a través de un discurso biomédico, este profesional colabora en la toma de decisiones objetivas, reproducibles y compasivas para racionalizar el gasto en educación. Esta definición impediría al psicólogo y al sistema en su conjunto, ahondar en la reflexión de aspectos sociopolíticos que la integración requiere. Por otra parte, este fenómeno pareciera repetirse en países como Brasil en donde, de acuerdo con el marco legal, la actuación del psicólogo educacional permanece predominantemente centrada en el individuo con sesgo clínico y vinculada a una concepción instrumental de la educación (Guimarães, Proença, Portilho. 2013). En este sentido, más allá de lo expuesto en el decreto 170 (Ministerio de educación de Chile, 2009), no existe en Chile ninguna otra normativa legal ni institucional que regule el desempeño del psicólogo en el ámbito educativo (Redondo, 2007). 2.4 La perspectiva académico-formativa Existe consenso tanto en la literatura chilena (Ossa, 2006; Redondo, 2007) como latinoamericana (Erazo, 2012; Vieira et al., 2103) que la formación en el área de la psicología educacional, al menos en esta parte del mundo, es a lo menos incompleta para desempeñarse en contextos educativos. Los cuestionamientos respecto a las capacidades alcanzadas por los nuevos profesionales para enfocarse en los problemas de los estudiantes, su diagnóstico e intervención tiene su origen, según Julia (2006), en el bajo consenso a nivel académico respecto a si la formación del psicólogo debe ser generalista, con menciones al egreso del pregrado o si la especialización se debe postergar hacia la ______________________________________________________________Volumen 15 Número 3, Año 2015, ISSN 1409-4703 5