Mi primera revista APROXIMACIÓN ECFRÁSTICA | Page 3
interrumpida por Don Rigoberto, quien al descubrir la traición expulsa a su esposa del
hogar.
Estos personajes se entretejen en Los cuadernos para dar continuidad a una historia
marcada por un doble momento de condensación y expansión de las fantasías eróticas
que elucubran y en las cuales participará también, Justiniana, la empleada de la
familia.
La novela comienza con la visita de Fonchito a su madrastra con el fin de conseguir que
lo perdone, pues es él quien provocó su infortunio. Las constantes visitas convergen
en diálogos acerca de Egon Schiele, el pintor que el niño quiere emular. Rigoberto, por
su parte, se reconforta componiendo narraciones a partir de la literatura y pintura
erótica 3 que conforman su pinacoteca. De este modo, las mujeres observadas
constituyen a través de sus fantasías, una proyección de Lucrecia.
Después de nueve meses de separación de la pareja, Fonchito logra el objetivo de
reconciliarlos utilizando correspondencia anónima que contiene frases y acotaciones
que sólo ellos conocen. No obstante, su presencia seguirá siendo una amenaza para el
matrimonio: “(…) La verdad, no sé qué hacer con él. Tengo la sospecha de que haga lo
que haga, siempre ganará” (1997:383).
La novela está compuesta de nueve capítulos (que cierran con un dibujo en blanco y
negro del pintor Egon Schiele) y un epílogo; presentando el punto de vista de la
narración triple: por una parte, en los capítulos titulados “Las cositas de Egon Schiele”
(II), “El juego de los cuadros” (III), “Fonchito en lágrimas” (IV), “Fonchito y las niñas”
(V), “El anónimo” (VI) y “El dedo gordo de Schiele” (VII), se inicia con un segmento en
el que un narrador extradiegético omnisciente presenta la vida y obra del pintor
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La pinacoteca de Don Rigoberto contiene, además de pintura erótica occidental, algunas
reproducciones de obras del pintor y grabador japonés, Utamaro (1753-1806), y de grabados
eróticos japoneses del período Meiji.
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