Los niños y niñas del milenio que empieza van a necesitar comunicarse en al
menosdos lenguas extranjeras para afrontar los nuevos retos que el mundo
cada vez más globalizado y multicultural demanda
El horizonte, que no podemos perder de vista, es que el objetivo de toda
acción educativa es desarrollar al máximo las potencialidades de todos los ni-
ños y niñas. Por ello, aprender lenguas no ha de suponer sólo centrar la atención
en los aprendizajes lingüísticos.
Ha de ser mucho más que eso. Supone
aprender a relacionarse, a jugar, a cantar, a descubrir, a aprender y a compartir
utilizando una lengua nueva, una lengua que los niños y niñas todavía no
conocen pero que les va a abrir nuevas perspectivas, nuevos horizontes.
Sin embargo, el refrán “no por mucho madrugar amanece más temprano”,
podría aplicarse respecto a la introducción temprana de la lengua extranjera.