Figura 2. Archivo fotográfico Paula Andrea Muñoz. Mauricio duerme entre 3 y 5 horas diarias. Cuando llega a su casa a las 9:00 de la noche, se pone a leer lo que le mandan de la Universidad y de ahí “hasta que se duerme.” Según él, hay que cumplir con todo porque “esa es la vida”.
- ¿En qué momento da un giro su vida?
- La experiencia en Bogotá me sirvió para entender muchas cosas. En 1995 me devolví para mi pueblo con el único propósito de terminar el bachillerato en el Colegio Nacional Universitario de Vélez. Llegué a estudiar normal. Terminé mi secundaria en 1999, a mis 29 años.
En esos años, mientras acompañaba a mi mamá y aprendía mecánica de carros, me hice muy amigo de un Fiscal del Socorro. Ahí todo cambió.
- ¿Cómo termina Mauricio metido en un laboratorio examinando cadáveres?
- En 2004, tuve que acompañar a una señora del pueblo a Bogotá para hacer una diligencia. Resulta que, mi amigo, el fiscal, me había referenciado con un muy buen amigo de él en Bogotá. Al parecer le había comentado mis ansias de empezar a trabajar formalmente.
En esos días que estuve en Bogotá, este personaje me llamó para una entrevista. Él era el Director de Medicina Legal sede central. Yo me presenté y le llevé todo lo que me había pedido. Hablamos un buen rato – es una calidad de persona-. Ese mismo día,
después de tanta charla, me dio el trabajo.
El seis de mayo de 2004 me vinculé a la Institución como técnico administrativo. Yo no podía de la felicidad. Ese día también era mi cumpleaños.
Con el paso del tiempo, Mauricio ha ido escalando en su profesión. En 2007 pasó al área de Patología, examinando cadáveres por muertes violentas, y en conjunto con el área forense, aprendió a determinar las causales de defunción. Posteriormente, en 2010 fue trasladado a Valledupar, lugar donde trabajó por seis años. Allí vivió experiencias como la de recibir el cuerpo del reconocido cantante vallenato Diomedes de Jesús Díaz, más conocido como ‘El Cacique’. Se echó de enemigo a más de un estudioso al participar en el Congreso Nacional de Medicina Legal con una investigación por la que nadie daba un solo peso, titulada, “Una alternativa en apertura de cráneo”; quedando en primer puesto en la categoría de mejor póster. Y mientras convivía con compañeros de turno que le hablaban de familia, finca raíz, maestrías y doctorados, él, con 40 años, apenas se alistaba para ir a la universidad.
- ¿Qué lo motivó?