Mi primera publicacion VOLUMEN 20-MIGRACION-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO-20 | Page 55

El México de afuera en Estados Unidos 55 la década de 1930 y del movimiento de veteranos chicanos regresando a sus comunidades después de su servicio militar en la Segunda Guerra Mundial. El cambio al tomar las riendas del liderazgo, una generación de mexica­ nos se observó con especial claridad en San Antonio, Texas. Esa ciudad albergaba una de dos grandes concentraciones urbanas de mexicoamerica­ nos en ese momento —la otra era Los Ángeles—, pero también era el sitio a donde habían aterrizado miembros de la élite mexicana exilada de los tu­ multos revolucionarios desde Porfirio Díaz hasta Plutarco Elías Calles. Con la amnistía de los años 1930, esa capa social se repatrió y dejó un vacío lle­ nado por una clase media mexicoamericana. Así pues, el hito histórico del que escribe Richard García: entre el liderazgo de la comunidad en San Antonio dejó de prevalecer el pensamiento de inmigrante y mexicano, y se asumió la actitud de ciudadano estadounidense y mexicoamericano. La forma que tomó esta visión se mantuvo hasta los años 1960, cuando otra generación de líderes jóvenes adoptaría una nueva visión política radical, ahora bautizada como “chicana”. 58 Este cambio hizo a un lado la visión de inmigrante que dependía del consulado de México y que añoraba regresar a su país, y se orientó a la per­ manencia en Estados Unidos y la lucha contra la discriminación. Ya hemos señalado que el racismo y xenofobismo estadounidenses pocas veces dis­ tinguían entre inmigrante y el nacido en Estados Unidos; lo mismo podría decirse sobre un mismo trato al campesino mexicano y el empresario o me­xicoamericano de clase media. 59 A todos se les calificaba de “mexicanos” y la imagen asociada conllevaba a analfabetismo, pereza, mala higiene y otras cualidades poco deseables. 60 De ahí que, sin olvidar del todo sus orí­ genes nacionales, los mexicoamericanos de Texas de los años 1930 en un especie de esfuerzo de mercadotecnia, se negaran a aceptar la etiqueta de “mexicano” e inventaron otra: “Latin American”, es decir, “latinoamerica­ no” o “americanos de ascendencia latinoamericana”, planteando así (tal vez inconscientemente) la idea de orígenes centro o sudamericanas sin especificar el país de origen. 61 Este fenómeno, el desasociarse de un grupo con características no deseables mediante la invención de un eufemismo no era nuevo: los nuevomexicanos habían adoptado “hispanos” o “Spanish” para autoreferirse frente a los sajones, aun cuando en español hablaran entre sí mismos como “mexicanos”. 62 R. García, p. 4. Sánchez, p. 114. 60 R. García, p. 42. 61 R. García, p. 43. 62 Nieto-Phillips, pp. 81-82, 87. Para el caso de los asiáticos véase, por ejemplo, Espíritu, pp. 5-6. 58 59