Mi primera publicacion VOLUMEN 20-MIGRACION-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO-20 | Page 49
El México de afuera en Estados Unidos
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arrasó con las fortunas de la población de origen mexicano. Antes de la
crisis, los dueños de grandes extensiones de tierra de pastoreo contaban
con 300 mil cabezas de ganado mayor; poco después se redujo a tan sólo
siete mil. El ganado menor sufrió otra contracción por falta de pastoreo en
la sequía. En 1870, buena parte de los terratenientes se encontraron traba
jando como medieros por estadounidenses, dueños de las tierras perdidas
por hipotecas en falta. Otra parte buscó empleo artesanal o de servicios en
el pueblo de Santa Bárbara. Como lo señala Albert Camarillo, ese traslado de
títulos de tierra se aceleró con el crecimiento demográfico de la población
sajona. 32 En su historia de otra comunidad californiana, Martha Menchaca
observa que para fines del siglo XIX los méxicoamericanos del condado de
Ventura habían sido despojados de sus tierras. 33
A primera vista, Nuevo México parecería ser un caso excepcional al
patrón arriba señalado, en la que el poder político pasó a la población sajo
na, se promovieron incidentes de violencia contra mexicanos y los títulos
de tierras pasaron rápidamente a la población sajona recién llegada. No cabe
duda que el mayor tamaño de población mexicoamericana en Nuevo Méxi
co y la relativamente pequeña población sajona durante el siglo XIX, ate
nuó algunas de las presiones que muy tempranamente se experimentaron
en Texas y California. Esta diferencia demográfica implicó también que la
legislatura territorial de Nuevo México sostuviera una mayoría de mexi
coamericanos durante el siglo XIX y por un tiempo en el inicio del XX.
También implicó que los alguaciles, jueces de la paz, políticos locales, jura
dos en los tribunales y los demás puestos de poder local fueran controlados
en su mayoría por una población de origen mexicano. 34
Pese a la gran diferencia de la composición demográfica y configuración
política de Nuevo México, en última instancia los patrones de dominación y
subordinación guardaron similitud con los casos texano y californiano. Es
cierto que los nuevomexicanos podían elegir a sus representantes en la le
gislatura y sus acciones ahí atenuaban presiones sajonas. Sin embargo, no
es casual que Nuevo México se mantuviera como territorio sin ser admitido
como estado hasta 1912. Como se señaló arriba, las medidas de la legislatu
ra territorial —a diferencia de las de los estados— podían ser anuladas por el
Congreso federal. Además, el gobernador y otros funcionarios elegidos en
los estados, en los territorios eran nombrados por el presidente en Washing
ton. Si bien la violencia antimexicana no alcanzó los niveles de California
o Texas, en la década de 1880 hubo conflictos generalizados con tintes ra
Camarillo, pp. 33, 35-37.
Menchaca, pp. 14, 18-19.
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Gonzales, pp. 184-185.
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