Mi primera publicacion VOLUMEN 20-MIGRACION-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO-20 | Page 25
prólogo
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trabajadores de origen mexicano nacidos en Estados Unidos (7 415 000 per
sonas) representaban el 4.9% de la población ocupada. Los autores calculan
que en 2016, la contribución de los inmigrantes mexicanos a la generación
del PIB estadounidense ascendió a 819 mil millones de dólares (a precios de
2009), el 4.9% del PIB de ese país (16 662 000 millones de dólares a precios
de 2009); y la contribución de los trabajadores de origen mexicano nacidos
en Estados Unidos ascendió a 906 mil millones de dólares, el 5.4% del PIB
estadounidense. En suma: la contribución de los inmigrantes mexicanos y
de los nativos de origen mexicano al PIB de Estados Unidos alcanzó los
1 725 000 millones de dólares en 2016 (a precios de 2009), el 10.4% del PIB
estadounidense. Para comparar, en 2016 el PIB de México fue de 1 238 000
millones de dólares a precios de 2009.
En el ámbito de los derechos civiles, los movimientos reivindicativos de
la población de origen mexicano en Estados Unidos conforman una larga
historia. Como relata García y Griego: “la llegada de estadounidenses en
los territorios conquistados desató un conjunto de acciones que marcó a los
mexicanos, sus descendientes y a los inmigrantes mexicanos como una casta
inferior colonizada que solamente en teoría gozaba de derechos de ciuda
danía”. Sin embargo, como relatan Vázquez y Aguilar en su capítulo de este
libro, “a partir de diferentes estrategias y litigios sobre escuelas libres de
segregación y el derecho al voto, las comunidades de minorías étnicas fueron
logrando hacer frente a las opresiones estructurales”, aunque fue hasta la
década de 1960 cuando los movimientos en favor de los derechos civiles de
la población de origen mexicano adquirieron mayor visibilidad. “Durante la
década de 1960 ocurrieron movimientos sociales por la liberación de pueblos
oprimidos en todo el mundo, y Estados Unidos no fue la excepción”. Destacó
especialmente el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos,
que influyó fuertemente en la organización política de los mexicoestadou
nidenses. Poco después del histórico discurso de Martin Luther King, “Yo
tengo un sueño”, pronunciado en la escalinata del monumento a Abraham
Lincoln en Washington, César Chávez comenzó en California —siguiendo
el relato de Vázquez y Aguilar— el esfuerzo de organización del Sindicato
de Trabajadores del Campo para “hacer valer los derechos de los trabajado
res agrícolas migrantes, que eran en su mayoría nacidos en Estados Unidos”.
Esta experiencia impulsó “la organización política de los mexicoestadouni
denses y sirvió como fuente de inspiración para impulsar el movimiento
chicano”. Siguió la rebelión de 1966 encabezada por Reies López Tijerina
en el estado de Nuevo México, para recuperar tierras que legalmente perte
necían a mexicoestadounidenses de acuerdo con sus títulos de la Nueva
España y los tratados de Guadalupe Hidalgo. A esta rebelión siguió el mo
vimiento chicano encabezado por Rodolfo “Corky” Gonzales, enfocado