Mi primera publicacion Revista ESOA | Page 8

CONTRIBUCIÓN DE LA ARMADA ARGENTINA A LA POLÍTICA ANTÁRTICA Guillermo Brown, quien se encontraba al mando de la fragata Hércules desempeñándose como corsario en la Guerra de la Independencia, fue arrastrado por un temporal hasta los 65° de latitud Sur. Si bien en esa oportunidad se encontraba próximo al Círculo Polar Antártico, no se avistó tierra en esa ocasión (2). En el año 1902 un joven oficial de la Marina Argentina, el Alferez José María Sobral, participaría de la expedición científica liderada por Dr. Nordenskjöld. La invernada en la Isla Cerro Nevado duraría dos años, al hundirse el barco que debía replegarlos. La Corbeta “Uruguay”, al mando del Teniente de Navío Julián Irizar, fue la encargada de realizar el rescate que traería a estos aventureros nuevamente al continente americano, arribando al puerto de Buenos Aires el 2 de diciembre de 1903 (3). El 22 de febrero del año 1904 la Argentina adquiere las instalaciones científicas que poseía la Expedición Antártica Nacional Escocesa en la Isla Laurie, constituyéndose en la primera base argentina en el Sector Antártico. El decreto de adquisición establecía que el relevo anual del personal de dicha base sería llevado a cabo por un buque de la Armada Argentina. En ese destacamento se establecen una oficina de correo postal y una estación de radio que transmitía las condiciones meteorológicas en la zona a las embarcaciones pesqueras y foqueras. Durante las décadas de 1930 y 1940 varias potencias posaron sus ojos sobre la Antártida, enviando numerosas expediciones a esas tierras. La conducción política argentina se percató de las complicaciones que esto podía presentar y preparó un plan para afianzar la posición argentina. Así, la Armada Argentina, haciendo despliegue de sus capacidades y en apoyo del incipiente Programa Antártico, emplea paulatinamente más medios para la exploración e investigación en esas aguas. En el año 1947 se inaugura el Destacamento Naval Melchior, luego de 46 días de trabajo ininterrumpido, convirtiéndose en la segunda base argentina de ocupación permanente en el sector antártico (4). En 1948 se inaugura el Destacamento Naval Decepción. En la medida que progresaba el programa argentino, las expediciones británicas continuaban en aumento y la República de Chile incursionaba por primera vez en esas aguas, instalando bases permanentes en esas tierras (5). Las actividades de estos países, en un territorio que era reclamado por los tres, generaron innumerables roces, intercambio de notas de protestas y momentos de suma tensión entre los países sudamericanos con los británicos. En la medida que se incrementa la actividad antártica argentina, se crean nuevos organismos, como el Instituto Antártico Argentino, cuyo objetivo era centralizar la planificación, coordinación y control de las actividades científicas que se llevan a cabo en la Antártida, y aparecen en escena el Ejército Argentino en 1949 y luego la Fuerza Aérea en 1951. En noviembre del año 1954 arriba a la Argentina el rompehielos ARA General San Martín, y se incorpora a la campaña antártica de ese verano austral. Luego de penetrar el Mar de Wedell, el 3 de enero de 1955 comenzó la construcción de la Base General Belgrano, la más austral de la época, la cual sería inaugurada el 18 del mismo mes6. El apoyo incansable de la Armada Argentina se vio materializado a través de los aportes del rompehielos y demás buques auxiliares que contribuían con las tareas logísticas, de exploración y científicas llevadas a cabo en esa región. En 1979, con la incorporación del rompehielos ARA Almirante Irizar en reemplazo del ARA General San Martín, la Armada incorpora una plataforma con mayores prestaciones para operar en las aguas antárticas. La actividad en la Antártida no se ha limitado tan solo a la logística de las bases propias y el apoyo a la comunidad científica, sino que ha realizado un invalorable aporte para preservar la vida humana en el mar. Así lo demuestran operaciones de SAR como el rescate del crucero Clipper Adventurer en febrero del 2000, que quedó atrapado por un campo de hielo en el Estrecho de Matha, y la operación de rescate del buque Magdalena Oldendorff (7), que quedó aprisionado en los hielos del Mar de Wedell, en el invierno de 2002. Además, para poder cumplir eficientemente con lo estipulado en el Tratado de Hamburgo referente a la salvaguarda de la vida en el mar, en el año 1998 se implementó la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC), operación entre las armadas de Chile y Argentina que tiene como misión otorgar seguridad a la navegación, a la vida humana en el mar y