CONTRIBUCIÓN DE LA ARMADA ARGENTINA A LA POLÍTICA ANTÁRTICA
contribuir a mantener las aguas libres de
contaminación en la Antártida. Dicha operación
se lleva a cabo todos los años desde el 15 de
noviembre hasta el 31, época de mayor tráfico
marítimo en la región.
Tratado antártico y marco legal
Con vistas a evitar la escalada en los conflictos,
poner un freno a los reclamos territoriales
y regular de alguna forma las actividades en
esas tierras, los países con intereses en la
Antártida se reunieron y dieron a luz el Tratado
Antártico, entre cuyos objetivos se destacaba
que la Antártida se “utilizará exclusivamente
para fines pacíficos”, se prohibían medidas
de carácter militar, se promovía la actividad
científica y se congelaban los reclamos
territoriales hasta un futuro a determinar.
Por su parte, la Ley Nº 18.513 (1969) sienta las
bases jurídicas, orgánicas y funcionales para
el planeamiento, programación, dirección,
ejecución, coordinación y control de la actividad
antártica argentina. En su artículo 3 establece
que “las actividades que la República realiza
en la Antártida, en ejercicio de su soberanía,
tienen como objetivo superior la plena
satisfacción de sus intereses en esta región”.
El artículo 29 afirma que “el sostén logístico de
la actividad antártica será una responsabilidad
de las Fuerzas Armadas, las que facilitarán
los medios que anualmente se requieran, de
acuerdo con los requerimientos del Ministerio
de Defensa y con sus propias posibilidades”.
El 5 de noviembre de 1990, por Decreto 2316,
se establece la Política Nacional Antártica,
cuyo objetivo fundamental es afianzar los
derechos argentinos de soberanía en la
región. Esto se pretende alcanzar a través de
la implementación de políticas y medidas que
contribuyan al fortalecimiento del Tratado
Antártico y su sistema, a incrementar la
influencia argentina en el proceso de toma
de decisiones del tratado y de su sistema y
a lograr una mayor eficacia de la presencia
argentina en el sector.
En el año 1991 fue concluido el Protocolo al
Tratado Antártico sobre Protección del Medio
Ambiente. Este procura una amplia protección
del medio ambiente de la Antártida de los
ecosistemas dependientes o asociados. El
mismo fue ratificado en el año 1998 y será
abierto para su revisión en 2048. Es importante
destacar el artículo 7, el cual declara que
cualquier actividad relacionada con los
recursos minerales, salvo la investigación
científica, estará prohibida.
Durante el corriente año el Ministerio de
Defensa emitió la Directiva Política de Defensa
Nacional , la cual establece cuales son las
funciones que cumplirán las Fuerzas Armadas
para contribuir con la Política Antártica
Nacional y además establece que “El Ministerio
de Defensa (…) deberá poner a disposición del
PODER EJECUTIVO NACIONAL un plan de
modernización de la logística antártica”.
Análisis de medidas tendientes a fortalecer la
posición argentina
Debido a su situación geográfica, la República
Argentina se encuentra en una posición que
la obliga a ser un referente en las cuestiones
antárticas. Así lo ha sido hasta el momento, en
parte gracias a un temprano reconocimiento
al inicio del siglo XX de las posibilidades y
las responsabilidades que brindaban esas
tierras, y en parte debido a políticas sensatas y
mantenidas a lo largo del tiempo, que hicieron
de la Argentina un país reconocido en el STA,
tanto por su ininterrumpida presencia como
por el profesionalismo con que se desarrolla
el Programa Antártico Argentino.
Sin embargo, este relativo liderazgo en las
cuestiones antárticas no está tallado en piedra.
En las últimas tres décadas se han instalado
gran cantidad de bases y estaciones científicas
nuevas, muchas de ellas en el sector reclamado
por la Argentina, y una gran cantidad de países
se han incorporado al STA. Esto de por sí
presenta un problema importante, ya que, si
en un futuro se llegara a dejar sin efecto el TA,
es de suponer que se generarían conflictos en
cuanto a los reclamos de derechos soberanos.
En primer lugar, porque permanece latente
la superposición de los reclamos Argentino-
Chileno-Británico. En segundo lugar, porque
es lógico prever reclamos territoriales de las
repúblicas de China y Brasil, en función de su
actividad antártica y a la posición que ocupan
en el plano geopolítico.
Esta situación, al igual que la revisión del
Protocolo de Madrid en el año 2048, no puede
tomar por sorpresa a la República Argentina.
Para que esto no suceda, se requerirá un
esfuerzo aún mayor al actual, para poder
continuar sosteniendo y desarrollando
las políticas adecuadas en el largo plazo y
modificar aquellas que resulten ineficientes,
improductivas o inadecuadas.