Muchas de las actividades programadas para los
niños y niñas pequeños(as) buscan promover el
movimiento libre, la exploración de sus
posibilidades motoras, observar sus efectos, sus
reacciones y las formas de relacionarse con los
otros. Es sensacional ver cómo en un instante el
patio escolar se convierte en un espacio mágico:
lleno de color, sonido, movimiento, emociones
compartidas, singularidades y más. Qué es lo que provoca ese tipo de reacciones, cuál es ese elemento “disparador” que induce a la acción espontánea, a la alegría y al disfrute. Si respondiéramos fríamente diríamos que son muchos factores(sociales, culturales, personales), pero en lo que estaríamos de acuerdo, es que es indispensable un clima de libertad, un espacio lúdico y que, ese espacio físico se ha convertido en un lugar para compartir, para imaginar y crear mundos ficticios. Experiencias cercanas dan cuenta de programas en educación infantil, donde se promueven secuencias de actividades motrices, con diferentes niveles de complejidad, que los(as) pequeños(as) estudiantes tienen que realizar. Son un conjunto de acciones para desarrollar la coordinación, el equilibrio, la orientación espacial, el orden temporal, la sensibilidad al ritmo, la expresividad, la generación de ideas de movimiento, entre otras. Por ejemplo, caminos con vallas, juegos de organización, puntería, saltos, circuitos sinuosos, etc. que muchas veces se ejecutan de forma mecánica. Hay, sin embargo, un factor que puede ser ese elemento que puede transformar la actividad en un acto creativo: la imaginación.
ACCIONES Y REPERCUSIONES EN
EDUCACIÓN INFANTIL
Elaborado por : Maria Elvira Zavala