La toxina botulínica (BOTOX) es una proteasa exotoxina producida por una bacteria móvil Gram-positiva, con forma de bastón, anaerobia, formadora de esporas llamada Clostridium botulinum. Bloquea la liberación de acetilcolina de las placas terminales nerviosas colinérgicas, lo que provoca la inactividad de los músculos o glándulas inervadas. Aunque sus efectos son de corta duración, variar la frecuencia y la dosis de administración pueden alterarlos.
Se ha demostrado que el bótox es adecuado para disminuir los síntomas de dolor miofascial en pacientes bruxistas en comparación con los pacientes de control a los que se administró inyecciones de solución salina de placebo.
Existe una serie de casos e informes que muestran resultados alentadores de la administración de bótox en los músculos masetero, pterigoideo lateral y anterior de los músculos digástrico y temporal. (Mendes y Upton,2009, Moller et al., 2007). Por lo tanto, es necesario realizar estudios de alta calidad para determinar el verdadero papel del bótox en el tratamiento.
Toxina botulínica (BÓTOX) como alternativa de tratamiento