Mi primera publicacion planeacion participativa | Page 20

fondos. Éstos son administrados por los vecinos y vecinas organizados. El Concejo Municipal de esa época les daba $1000. Con ellos contrataban, compraban y administraban la obra. Al final, respondían con facturas y liquidaciones, y así quedaban habilitados para realizar otras obras en el futuro. 78. La realización de la obra implica un ciclo que se inicia con la organización de un comité del proyecto elegido en una asamblea vecinal para diseñar los detalles de ese proyecto. Luego viene la solicitud de los fondos a la alcaldía, el acuerdo, aprobación y la erogación. Sigue la contratación y ejecución de la obra, la liquidación del proyecto y se cierra con la evaluación. 79. Mientras se va realizando el proyecto se realizan asambleas de vecinos para ir tomando el pulso de su puesta en ejecución y seguir recaudando fondos si es necesario. Por su parte la alcaldía proporciona un acompañamiento técnico a través de sus gerencias de Gestión Territorial, de Infraestructura y de Participación Ciudadana. 80. Un reglamento establece las reglas básicas del juego para los actores que intervienen a lo largo de la ejecución de las obras. 81. Es interesante observar que no existe un sustento legal para esta descentralización de fondos a los ciudadanos, pero eso no detuvo al gobierno de Santa Tecla para llevar esa iniciativa adelante. Su argumento fue: “el Código Municipal no contempla estas acciones, pero tampoco prohíbe hacer dicho traslado”. Eso es lo que yo he llamado una iniciativa “a-legal” (no es legal ni ilegal). 82. En el caso de Ecuador, en algunas alcaldías como la de Pedro Carbo, en la región de Guayas, los recintos o comunidades de las parroquias 12 rurales han recibido fondos para pequeños proyectos a través del proceso de presupuesto participativo. En el caso de la parroquia Santa Ana, en el Cantón Cuenca, la Junta Parroquial —durante el mandato de su presidente Julio Álvarez (2009-2014)— decidió entregar entre 3 000 y 7 000 dólares 13 a cada una de las comunidades que la conforman para proyectos comunitarios priorizados por sus habitantes. i) Si hay escasez de recursos, concursar ideas-proyectos comunitarios 83. Ahora, como pudiese darse el caso de que existan más comunidades que manifiesten su deseo de organizarse para recibir fondos que los recursos disponibles por la Alcaldía, proponemos realizar un concurso y que sean las ideas-proyectos ganadoras las que reciban esos recursos. 84. Algunos han señalado que esta forma de distribuir recursos entre comunidades puede dar lugar a injusticias, pues finalmente los recursos llegarán con más facilidad a las comunidades mejor organizadas y con mayores capacidades para elaborar proyectos antes que a las más necesitadas. Sin negar que esto pueda ser así a corto plazo, a medio y largo plazo el posible efecto negativo de esta forma de otorgar recursos debe quedar compensada por el impulso positivo que ello puede significar para la auto organización de las comunidades. Aquellas no organizadas se sentirán incentivadas a superar dicha condición con el objetivo de poder conseguir recursos para hacer frente a sus carencias más urgentes. Inmediatamente que una de estas comunidades manifieste su deseo de organizarse se le deberá facilitar un apoyo externo para la elaboración de su proyecto (voluntarios, activistas, talleres de formación, etcétera). j) El aporte venezolano al proceso de planificación participativa 85. El proceso de planificación participativa descentralizada será más plena en la medida en que se cuente con el mayor número de comunidades organizadas en el territorio municipal. Al hacer éstas 12. Subdivisiones territoriales que provienen de la época de la colonia española. 13. Recibían más dinero las comunidades que estaban más cerca del relleno sanitario, para compensar los inconvenientes que éste causa a sus habitantes. 20