Mi primera publicacion planeacion participativa | Page 12

3) HACIA UNA PLANIFICACIÓN PARTICIPATIVA DESCENTRALIZADA 16. Ahora bien, no existe una forma única de planificar, ésta puede ser realizada por un equipo técnico a puertas cerradas o se puede realizar buscando distintos grados de participación de la gente, desde la mera consulta hasta la toma de decisiones. 17. La planificación que nosotros planteamos es la antítesis de la planificación centralizada que se puso en práctica en el socialismo soviético. En la antigua URSS se pensaba que la coordinación de todos los esfuerzos por construir la nueva sociedad requería de una autoridad central única. Era un proceso en que las decisiones se tomaban siempre de arriba hacia abajo, sin considerar que muchas veces es abajo donde se conocen mejor los problemas y las posibles soluciones. 18. Por otra parte, no pocas veces, los procesos que son calificados como presupuestos participativos se limitan a ser procesos de mera consulta. Algunos gobernantes locales, en lugar de impulsar un proceso de toma de decisiones por parte de la ciudadanía, se limitan a consultarla acerca de las obras y servicios que habría que ejecutar. La gente de la localidad es llamada a participar en mesas de trabajo y allí puede indicar cuáles son las obras y servicios de mayor prioridad para su comunidad. Estos señalamientos son recogidos por equipos técnicos y son los técnicos y no la gente quienes determinan cuáles son las obras y servicios que finalmente se van a ejecutar. No negamos que la disposición a oír a la gente es ya un avance, pero esto es algo muy limitado. a) Lo participativo en la planificación 19. Nosotros proponemos un proceso de una participación más integral donde sea la gente quien realmente discuta y decida cuales son sus prioridades, elabore, dentro de lo posible, sus propios proyectos y los ejecute cuando esté en condiciones de hacerlo, sin tener que depender para ello de instancias superiores. 20. Sólo si un proyecto sobrepasa, por sus dimensiones o su impacto en un área más extensa, la capacidad de una localidad para ejecutarlo, deberá ser asumido por la instancia superior. Estamos entonces hablando de una iniciativa que busca involucrar plenamente a la ciudadanía en el proceso de planificación y por eso lo llamamos planificación participativa. b) Lo descentralizado en la planificación 21. Ahora bien, para lograr esta plena participación de las ciudadanas y ciudadanos es necesario partir de los planes en las pequeñas localidades donde la participación de la gente común se ve favorecida. Se debe aplicar el principio de que todo lo que se pueda realizar al nivel más bajo debe ser descentralizado a ese nivel, guardando como competencias de los niveles superiores sólo aquellas tareas que no puedan ser realizadas a ese nivel. A este principio le llamamos principio de subsidiaridad. Si el Estado central es el que lo decide todo, no hay cabida para iniciativas locales. 22. Hay que precisar que no se trata de una descentralización anárquica. El ideal es que exista un sistema nacional de planificación participativa que articule los planes comunitarios, los de las áreas territoriales o comunas, y los planes municipales o cantonales, con los planes de otros niveles de gobierno. 23. Por otra parte, estamos pensando en una descentralización impregnada de espíritu solidario, que favorezca a las localidades y los sectores sociales más carentes. Uno de los papeles importantes del Estado central y de los gobiernos locales es realizar una redistribución de los recursos para proteger a los más débiles y ayudarlos a desarrollarse. 24. Esta forma de planificar, aunque reconoce la necesidad de la existencia de un plan central de toda de la nación, es una planificación en la que las instituciones locales juegan un rol fundamental. Éstas no sólo producen insumos para la elaboración del plan central, sino que gozan de autonomía 12