Mi primera publicacion planeacion participativa | Page 11
7. Un buen gobierno no improvisa, sino que reflexiona antes de actuar y en base a informaciones
adecuadas, toma decisiones acertadas que le permiten lograr los resultados buscados.
8. Estas decisiones basadas en datos concretos, que deben acompañar todo acto de gobierno, forman
parte de lo que entendemos por planificación.
9. Planificar es reflexionar antes de actuar. Lo contrario de planificar es improvisar, es decir,
tomar decisiones sin pensar ni conocer previamente sus posibles consecuencias sobre nuestros
propósitos. Por supuesto que todo gobernante tiene que planificar de alguna manera pues de una u
otra forma debe pensar antes de actuar. Pero a veces piensa tan poco o piensa a partir de una
información tan precaria que sus actos de gobierno se acercan bastante a la improvisación.
10. El proceso de planificación abarca distintos elementos, estrechamente vinculados a las tareas
que debe realizar quien gobierna, y se expresa de la siguiente manera:
▪ tener una meta hacia la cual caminar,
▪ estudiar bien la realidad que se pretende cambiar,
▪ definir con claridad los cambios deseados,
▪ explorar las distintas acciones a emprender para lograr dichos cambios y los recursos materiales,
humanos y financieros necesarios para emprenderlas,
▪ seleccionar las más eficaces y más viables,
▪ ejecutar las acciones seleccionadas y
▪ evaluar los resultados de su materialización para cambiarlas si fuese necesario.
11. Cuando una sociedad se propone planificar su desarrollo es porque considera que no puede dejar
al azar o a las actuaciones del mercado el proceso para alcanzar las metas que se ha propuesto
conseguir. Son necesarios actos de voluntad colectiva para modificar situaciones injustas, reorientar
actividades económicas y mejorar el bienestar de la gente.
12. Lograr esos objetivos lleva años e implica actuaciones que no se limitan a la mejora de los
servicios y la infraestructura pública, aunque esto también sea muy importante, sino que van a
afectar al conjunto de la sociedad como: eliminar las inequidades, crear puestos de trabajo,
aprovechar los recursos disponibles de manera sostenible salvaguardando la naturaleza, desarrollar
iniciativa cooperativos donde se elimine la explotación, reducir la dependencia del exterior y otros.
13. Por último, no debemos olvidar que ese desarrollo se realiza en un determinado territorio
geográfico que tiene características particulares: cuencas hidrográficas, montañas, costas, ríos o
lagos, tierras con mayor o menor vocación agrícola, zonas turísticas, terrenos más apropiados para
construir viviendas que otros, zonas de riesgo, áreas metropolitanas, etcétera, y que además
experimenta un determinado proceso de desarrollo demográfico.
14. Todos estos elementos deben tenerse en cuenta al planificar el desarrollo: no tiene sentido
construir una fábrica en un lugar turístico, ni cultivar cítricos en un lugar sin agua, ni construir
viviendas en un cerro que puede desmoronarse en un deslave. El ideal es que exista un plan de
ordenamiento territorial elaborado a nivel nacional que permita orientar el proceso de planificación
del desarrollo local que queremos implementar. En Ecuador existe un estudio muy serio en este
sentido que se ha plasmado en un documento llamado: Código Orgánico de Ordenamiento
Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD).
15. De lo expuesto hasta aquí debemos deducir que la planificación es un instrumento y no un
objetivo: el instrumento que debe permitirnos alcanzar las metas sociales que nos hemos propuesto.
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