En términos generales, según el neurocientífico Daniel Glaser bailar protege el cerebro, ya que el sistema nervioso activa músculos cerebrales los cuales trabajan para permitirnos alcanzar calidad en los movimientos. Además, la activación de mecanismos neuronales lleva a que se liberen sustancias químicas que controlan los músculos que afectan a las articulaciones, al movimiento y al equilibrio, aumenta nuestras capacidades, integrando varias funciones del cerebro implicadas en el movimiento, la interacción de esto genera emociones positivas mientras bailamos; todas ellas aumentando la conectividad del cerebro.