Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 382
colectividad
contexto intelectual, pero al amparo del gremio o del oficio, es algo que se
sucede en los contextos urbanos.
En el caso de las artesanías que nos ocupan, el desarrollo gremial
sirve para enmarcar el trabajo de la orfebrería o joyería, que cobra gran auge
en los focos urbanos como el compostelano. Contrariamente, los artesanos
de la cerámica y de la cestería proceden de un contexto rural en su mayor
parte, de un tiempo excedente de las tareas del campo dedicado a producir
objetos útiles y, durante mucho tiempo, no se consideran oficios exclusivos
ni permiten vivir de los mismos.
La especialización se ve favorecida por la demanda que promue-
ven los intercambios comerciales y las mejoras económicas. El consumo
interno permite producir contenedores de almacenaje o de cocina y, poco a
poco, el mercado introduce nuevos clientes de una burguesía que disfruta
de estos objetos cuando se les introduce decoración, colorido y formas
más caprichosas. De esta manera el decorativismo provoca que las piezas
tengan éxito, algo de lo que el artesano va a ser consciente y que le anima
a indagar en sus posibilidades creativas, como sucede por ejemplo en la
alfarería de Buño, caracterizada por un mayor repertorio decorativo, juegos
cromáticos y tipologías caprichosas, que ya abandonan la mera utilidad
(caso de cerámicas como el jarro trampa o el Botijo de rosca).
El artesano tradicional se va a ir diferenciando por una forma de
hacer que empieza a distinguirlo del colectivo para pasar paulatinamente
al terreno de la autoría. Ciertos orfebres gallegos ya eran reconocidos en
los siglos pasados en los contextos urbanos, pero este no era el caso de los
ceramistas y cesteros; será ya en el siglo xx cuando vayan asumiendo nue-
vos repertorios decorativos, así como un enriquecimiento de los existentes,
y vayan probando nuevas soluciones o llevando las tipologías a una catego-
ría ejemplar.
La actividad artesanal es una historia de colectividades, un arte
del detalle, en el que paulatinamente la función se une al decorativismo
para cualificar los objetos en la búsqueda de una mayor belleza y de auto-
rrealización del artesano.
Analizar someramente desde la perspectiva de género la evolu-
ción de la artesanía nos permite abordar una doble perspectiva: el papel
de las mujeres artesanas en la historia y también la propia valoración de la
artesanía como un arte de detalle que, en anteriores períodos históricos,
se identificó con lo femenino de una manera negativa o secundaria. Este
análisis crítico de las teorías sobre la denostación de las artes menores
identificadas con lo femenino ha sido objeto de un interesante ensayo de
la teórica y crítica del feminismo Naomi Schor4; en su estudio profundiza
en las afirmaciones de la Academia, que señalaron que el genio residía en
las grandes realizaciones del arte, no en las particularidades, que obedecen
más a copistas o a meras repeticiones.
En las teorías del Academicismo, o mismo en la influyente teoría
hegeliana, el detalle se identifica con la femineidad, siempre ligada a la