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A nales de la R eal A cademia de M edicina y C irugía de V alladolid
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drid solicitaba a Carlos IV la autorización para disponer de una sala donde poner
en práctica el descubrimiento de Jenner. Asimismo, Luzuriaga fue comisionado
por el Real Protomedicato para supervisar e informar sobre la vacunación. Como
resultado, elaboró un memorial que nunca se publicó: Informe imparcial sobre
el preservativo de las viruelas descubierto por el Dr .Eduardo Jenner, de la Real
Sociedad de Ciencias y Artes y de las sociedades médicas de Londres, Médico de
Cámara de S.M. Británica, etc. En él, Luzuriaga propone que este nuevo preser-
vativo de la viruela sea bautizado con el nombre de Jenner, fluido yenneriano, y
su aplicación como la yennerización o yennerismo. En 1801 se había producido
la difusión por España la vacuna, de forma que eran numerosas los casos: 1801
(85), 1802 (7.142), 1803 (4.236) 1805 (1.509). El mayor esfuerzo de Ignacio
María Ruiz de Luzuriaga le permitía afirmar que “No hay provincia, ciudad, ni
lugarejo donde no haya penetrado la vacuna por mi medio”. Luzuriaga realizó
una intensa campaña sanitaria en la Corte, y en contacto con los profesionales
sanitarios, médicos y cirujanos, recogió múltiples observaciones, influyendo su
correspondencia en ambas Américas, Filipinas y China. A través de los anuncios
de la Gaceta de Madrid, y del Informe y los epistolarios de Ignacio María Ruiz
Luzuriaga conocemos todas las localidades españolas, los profesionales médicos
y cirujanos, y el número de vacunados a comienzos del siglo XIX, cuyo relato
pormenorizado desborda las pretensiones de la presente aportación.
En su epistolario y papeles conservados en la Real Academia de Medicina
de Madrid, Luzuriaga(DURO TORRIJOS, 2015) describe una red de correspon-
sales diseminados por la Península, establecida por medio del correo ordinario
por el que suministraba vacuna y obtenía información sobre sus resultados y los
problemas logísticos derivados de esta práctica. Juan Manuel de Aréjula en Cá-
diz, Joseph Ubis en Soria, Prudencio Valderramos en Burgos, Vicente Velázquez
en Cartagena e Ignacio Aguas Vivas en Alicante son, entre otros, algunos de estos
contactos. A las referencias sobre los primeros pasos de la vacuna jenneriana en
España, la figura de Antonio Hernández Morejón tuvo un marcado protagonis-
mo en la región valenciana a comienzos del siglo XIX. A través de las cartas de
Antonio Hernández Morejón comprobamos el espíritu de progreso, su deseo
de difundir los nuevos avances de la vacuna jenneriana, y el afán de mejorar la
salud, temas todos que se insertan en el ideario de la Ilustración. Aunque nues-
tro médico de Benigánim es el motivo principal de esta nota documental, a su
entorno encontramos un colegio invisible de médicos y cirujanos valencianos
claramente favorables a la difusión de la vacuna, algunos de los cuales, llevaron a
cabo verdaderas campañas sanitarias. La lectura de las cartas asimismo evidencia
la importancia del periodismo, a partid el siglo XVIII, como fuente de primera
magnitud para conocer la difusión y el alcance social de las novedades médi-
co-sanitarios, la más importante sin disputa fue la vacuna, gracias al empirismo