Mi primera publicacion ANALES 2018 FINAL FINAL p | Page 389

A nales de la R eal A cademia de M edicina y C irugía de V alladolid 389 Puigcerdá, pasan de 7.000 los inoculados en Cataluña solamente”. Tarragona fue otro foco activo de vacunación gracias al ingeniero de origen irlandés Juan Smith Sinnot (1756-1809), al que Piguillem facilitó la vacuna cinco meses después. Desde Cataluña se remitió vacuna a Aranjuez y, acto seguido, a Madrid, aun- que en este primer intento se desvirtuó la vacuna. Una nueva remesa procedente de París obtuvo mayor éxito, y se pudo practicar inmunizaciones en Aranjuez el 22 de abril de 1801 a cargo de Ignacio de Jáuregui, médico de la Real Familia y un mes más tarde en Madrid por Ignacio María Ruiz de Luzuriaga (1763-1822). Éste comenzó a tejer desde ese momento una red nacional de corresponsales a quienes remitía el novedoso fluido y con los que hizo un seguimiento de los progresos de la vacuna, actividad que ejerció desde su posición como Secretario de la Real Academia de Medicina y de la que ha quedado un valioso testimonio documental. Las noticias de las vacunaciones en la Corte se recogieron en la Gaceta de Madrid. Este periódico daba las primeras noticias de la vacuna en 1798, aunque el virus no llegaría a Madrid hasta 1801. En la difusión de la vacuna, fue Ignacio María Ruiz de Luzuriaga, la figura más destacada, junto a Ignacio Lacaba, ciruja- no de Cámara de Carlos IV, ambos promovieron la vacunación. El proyecto cul- minó con la Real Cédula del monarca en 1805, en la que S.M. disponía que “en todos los Hospitales de las capitales de España se destine una sala para conservar el fluido vacuno y comunicarlo a cuantos concurran”. Desde la Corte llegaba el virus vacuno a las regiones españolas. Lacaba practicó la vacunación en los Rea- les Sitios de San Ildefonso, con treinta y seis niños, acompañado con el cirujano de las Reales Fábricas, Eugenio Sacristán y de Jerónimo León, cirujano honorario de la Real Familia. A lo largo de 1801 la vacuna se difundía en Madrid, como en el Hospital de la Latina donde el médico Santiago Puig practicaba vacunaciones. Los elogios de la vacuna ,en otros casos, ponderaban la labor de Felipe Miguel Llorente, primer cirujano del Real Sitio de Aranjuez, que acompañaba a Ignacio Lacaba practicando más de 190 vacunaciones. Este cirujano Miguel Felipe Llorente, antes citado, contaba con amplia ex- periencia dado que en la Sagra de Toledo había practicado unas 750 vacunacio- nes en niños. En el Real Hospicio de la Corte la vacuna estaba presente desde el primer momento de su llegada a Madrid. En Noviembre de 1803 se vacunaron unos115 individuos, incluso más tarde recayó en más de medio millar de niños de corta edad. Colaboraron en esta empresa los médicos José Manovel y José Gon- zález Ayensa y los cirujanos José Albarrán y Gregorio Gonzalo. Algunos socios de la Academia Médico-Práctica de Barcelona, especialmente Vicente Mitjavila y Fisonell (c. 1759-1805) y Francisco Salvá y Campillo, fueron los primeros en adoptar el nuevo método preventivo contra la viruela. Tarragona, gracias al es- fuerzo de John Smith Sinnot (1756-1809), antes citado, que hizo servir muestras