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A nales de la R eal A cademia de M edicina y C irugía de V alladolid
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secuencias se obtuvieron de museos a partir de colecciones ornitológicas de la
época. Esas muestras solo permitieron obtener secuencias parciales de algunos
segmentos a partir de material biológicamente muy deteriorado. Se pudo saber
que había variantes con distinta afinidad del receptor de la hemaglutinina sin im-
plicaciones directas sobre patogenicidad, aunque sí sobre la posible infectividad
y transmisión.
La recuperación de secuencias genómicas del virus a partir del cadáver de
una india, fallecida por gripe en Alaska durante la pandemia y enterrada en el
permafrost, supuso la mayor aportación al conocimiento del origen del virus (32) .
El origen del contagio ocurrió en Brevig Mission (Seward Peninsula, Alaska);
vehiculado por el cartero siendo tan devastadora la enfermedad que murieron la
práctica totalidad de sus habitantes. Estos fueron enterrados en una fosa común
y permanecieron congelados en el permafrost, preservando mejor los virus de la
gripe. Las secuencias víricas obtenidas se compararon con las obtenidas anterior-
mente de soldados (12) , comprobándose que la secuencia genómica del virus era
única y nueva por vez primera en humanos con los 8 segmentos genómicos, subs-
tancialmente diferentes de los genes de virus aviares contemporáneos y antiguos,
mucho menos evolucionados por ausencia de presión selectiva positiva. Aquellas
investigaciones permitieron la reconstrucción del virus vivo con ayuda de la inge-
niería molecular reversa utilizando esqueletos genéticos gripales apropiados. En
sistemas de seguridad y contención biológica máxima se han podido recrear las
cepas A/Brevig Mission/1/1918, A/South Carolina/1/1918, A/New York/1/1918,
A/London/1/1918, A/London/1/1919 que confirman las hipótesis de un virus úni-
co, con mínimas diferencias entre continentes; responsable de la gran pandemia
de 1918.
Factores para entender la gravedad del subtipo H1N1 de 1918
Las principales causas de la gravedad y las diferencias en la mortalidad
por edades siguen sin conocerse por completo (33) . Tres factores principales están
en consideración; el virus, el huésped y la sociedad. Aunque el virus H1N1 del
1918 ha sido sintetizado y evaluado, las propiedades que hicieron que fuera tan
devastador no están precisadas totalmente. Un hecho fundamental es que es el
virus más parecido a un virus aviar de alta patogenicidad que haya infectado a
humanos, siendo todos sus segmentos genómicos de origen aviar (5,30) .
La constelación genómica del virus H1N1 de 1918 ha mostrado elevada
patogenicidad sin adaptación previa en diferentes modelos animales experimen-
tales (macacos, hurones y ratones) (34,35) pero también ha sucedido lo mismo con
los experimentos de otros virus pandémicos (H2N2, H3N2 y H1N1pdm). Se sabe
que la patogenicidad de los virus gripales no reside en un solo gen sino en una
constelación de ellos. La proteína NS1 tiene efectos bloqueadores de la actividad