Mi primera publicacion ANALES 2018 FINAL FINAL p | Page 368

368 V olumen 55 (2018) INTRODUCCIÓN El 4 de Marzo del año 2018 se cumplió el primer centenario de la pandemia más grave de gripe que ha conocido la especie humana (1) . La pandemia de Gri- pe de 1918 en un espacio singularmente corto de tiempo arrasó todo el planeta, acabando con la vida de niños, jóvenes, ancianos y embarazadas; alterando de tal manera la vida y actividad social que en muchos países afectados incluso la demografía poblacional resultó gravemente afectada. Aquel acontecimiento fue determinante para el desarrollo de las vacunas de gripe tras el descubrimiento del virus y la implementación de una de las más extensas redes de vigilancia mundial de una enfermedad infecciosa. La pandemia de Gripe Española solo es comparable a la de peste negra del siglo XIV, la gripe entre 1918 y 1919 afectó a 500 de los 1.800 millones que habitaban el mundo entonces, lo que supuso una incidencia del 25-30% de la población mundial. A partir de los datos de los países desarrollados que en esa época disponían de registros adecuados, se estima que fallecieron entre 50 y 100 millones de personas (2–4). Los primeros casos documentados tuvieron lugar en el campamento de Funston (Kansas) en el que, a partir de la consulta a la enfermería del cocinero Albert Gitchell; se inició un goteo incesante de casos que hizo necesario habilitar un hangar en las semanas siguientes para albergar a los centenares de infectados (Figura 1). Once meses antes los Estados Unidos (EEUU) habían entrado en la prime- ra Guerra mundial. En abril de 2018, la pandemia se había extendido por todo el Medio Oeste, llegando a los puertos norteamericanos desde los que embarcaban tropas hacia los puertos de desembarco, en Francia. La guerra facilitó la extensión de la pandemia a todos los países aliados y a los del bando contrario mostrando una vez más la irreverencia de los microorganismos por las fronteras ideológicas y geográficas y su afinidad con las catástrofes humanas de toda índole. La pandemia llego a España en el mes de mayo de ese año y entre los ilustres afectados, cabe señalar al rey Alfonso XIII, al presidente del Gobierno y a varios de los ministros del gobierno de España. Aproximadamente dos meses después de la notificación de los primeros casos norteamericanos; en Julio de 1918 la mortal epidemia llegó al continente australiano, a 17.000 km de distancia del escenario europeo. La guerra mundial, la vulnerabilidad especial de los adultos jóvenes sanos, la ausencia de antibióticos o vacunas y la falta de coordinación sanitaria por or- ganismos internacionales; fueron los principales factores que contribuyeron al desastre sanitario y sociodemográfico. Aquella mezcla de reclutas jóvenes, exce- lentes transmisores del virus; junto con el hacinamiento propio de los campamen-