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V olumen 55 (2018)
marcadores de riesgo cardiovascular (aumento plasmático de colesterol-HDL,
descenso en la oxidación de LDL, concentración de MDA y actividad de SOD,
o disminución en los niveles plasmáticos de fibrinógeno e IL-1). En un estudio
sobre pacientes que habían sufrido infarto de miocardio, Rifler et al. (50) encon-
traron que una intervención de dos semanas durante el período de readaptación
con una alimentación basada en la dieta Mediterránea conducía a una mejora en
parámetros hemáticos (aumento en la fluidez de membrana en eritrocitos), perfil
lipídico (descenso de colesterol total y LDL) y estatus antioxidante en los pacien-
tes cuando se acompañaba con vino tinto (250 mL diarios) con respecto a los que
recibían sólo agua.
INFLUENCIA DEL TIPO DE BEBIDA
La cuestión de si existe una influencia de la bebida alcohólica sobre los
posibles efectos cardiovasculares protectores del consumo moderado de alcohol
ha sido objeto de discusión. Aunque algunos autores no encuentran diferencias
en cuanto al tipo de bebida, una mayoría de estudios apuntan a que el vino tinto
podría ofrecer mayores beneficios (8) . Es conocido que el etanol por sí mismo
puede ejercer efectos positivos sobre el sistema cardiovascular, al favorecer el
aumento en los niveles circulantes de colesterol-HDL y de la actividad fibrino-
lítica y disminuir la agregación plaquetaria (51) . Sin embargo, existen numerosos
estudios que apuntan a que la presencia en el vino tinto de otros componentes,
en particular polifenoles, podría ofrecer un beneficio adicional al del etanol. Por
ejemplo, Hampton et al. (52) encontraron que el consumo de zumo de uva tinta
con y sin alcohol producía una respuesta vasodilatadora similar en voluntarios, lo
que se interpreta como una evidencia de los efectos benéficos de componentes no
alcohólicos. En ensayos en sistemas modelo, se ha visto que extractos fenólicos
del vino, además de poseer propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, son ca-
paces de disminuir la agregación plaquetaria, promover vasorrelajación, reducir
la peroxidación lipídica y mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos séricos
(53)
. Otros efectos vasculares que se han asociado a los polifenoles del vino son la
capacidad para modular la expresión de eNOS (sintasa de óxido nítrico endote-
lial) induciendo la liberación de NO endotelial, lo que tiene efectos favorables so-
bre disfunción endotelial y aterosclerosis (54) , así como para inhibir la síntesis de
endotelina-1, un péptido vasoconstrictor cuya sobreproducción es un factor clave
en el desarrollo de enfermedad vascular (55). Por otra parte, en el metabolismo
del etanol se producen radicales libres altamente oxidantes, de manera especial-
mente importante cuando los niveles de etanol en sangre son elevados (>0.8–1‰
en hombres y menos en mujeres), lo que lleva a saturar la capacidad de la enzima
alcohol deshidrogenasa y deriva el metabolismo del etanol hacia el sistema mi-
crosomal. Estas especies oxidantes son causa de daño hepático y pueden también