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A nales de la R eal A cademia de M edicina y C irugía de V alladolid
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nivel de consumo entre 10 y 30 g alcohol/día (equivalente a 1 a 3 unidades están-
dar de bebida por día) 3 .
Además de con protección coronaria, el consumo moderado de alcohol se ha
asociado también a una reducción del riesgo de otros trastornos, como diabetes de
tipo 2 (33-35) , deterioro cognitivo, p.ej., demencia o enfermedad de Alzheimer, en
personas mayores (36-40) , depresión (41) o enfermedad renal crónica (42) . Asimismo,
diversos estudios relacionan el consumo moderado de alcohol con mayor densi-
dad ósea en mujeres menopáusicas y en varones mayores (43) , asociado especial-
mente al consumo de vino tinto. A pesar de estas observaciones, el consumo de
bebidas alcohólicas en personas mayores debe ser considerado con precaución,
ya que también son progresivamente más vulnerables a los efectos adversos del
alcohol, entre otras razones por la disminución en la masa corporal magra y la
proporción de agua, que modifican la metabolización y distribución del alcohol.
Además, el consumo de alcohol se asocia también a un riego mayor de caídas ac-
cidentales, con producción de fracturas u otras lesiones de gravedad variable (44) .
Por estas razones, la American Geriatrics Society y el National Institute on Alco-
hol Abuse and Alcoholism recomiendan que los ancianos que no tienen contrain-
dicaciones con relación al alcohol limiten su ingesta a no más de 1 UEB/día (45) .
ESTUDIOS DE INTERVENCIÓN
Uno de los problemas para concluir sobre niveles de alcohol seguros o sa-
ludables es que las asociaciones entre consumo y salud están normalmente ba-
sadas en estudios observacionales, que no establecen una relación causa-efecto
inequívoca, o en evidencias indirectas obtenidas a partir de ensayos in vitro o con
animales. Sin embargo, son escasos los datos disponibles de ensayos en huma-
nos, tanto por razones éticas derivadas de los riesgos del alcohol, que limitan su
realización, como por la imposibilidad de llevar a cabo estudios ciegos, ya que
su consumo no pasa desapercibido. Existen, no obstante, algunos estudios de
intervención, que apoyan las observaciones epidemiológicas sobre efectos car-
diovasculares beneficiosos del consumo moderado de alcohol. Así, Nigdikar et
al. (46) encontraron que el consumo moderado de vino por parte de voluntarios
sanos durante dos semanas conducía a una mejora en los niveles plasmáticos de
marcadores antioxidantes. Conclusiones similares fueron obtenidas por el grupo
del Dr. Estruch (47-49) , llegando a la conclusión de que el consumo de 30 g de eta-
nol/día durante 4 semanas por individuos sanos tenía efectos beneficiosos sobre
Una unidad estándar de bebida (UEB) corresponde al volumen de bebida
que aporta de 10 a 15 g de alcohol, según los países, y equivaldría de manera
aproximada a 350 mL de cerveza, 150 mL de vino o 40 mL de una bebida desti-
lada.
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