Mi primera publicacion ANALES 2018 FINAL FINAL p | Page 322

322 V olumen 55 (2018) ta relativa elevada de aceite de oliva y de pescado, acompañada por el consumo regular de vino, que era considerado la explicación principal al fenómeno. Este estudio recibió, sin embargo, algunas críticas por parte de la clase científica. Una de ellas fue que se deberían haber comparado las tasas de mortalidad con el con- sumo de grasas o de colesterol sérico realizados en el pasado y no en los mismos años, ya que la enfermedad coronaria tarda años en desarrollarse (19) . La existencia de errores metodológicos y de factores de confusión que pue- den ser causa de sesgos se ha apuntado también para otros estudios observacio- nales sobre las relaciones entre alcohol y riesgo cardiovascular. Por ejemplo, en estos estudios se considera normalmente la ingesta media de alcohol sin tener en cuenta el tipo de bebida o el patrón de consumo, que también tienen influencia en el riesgo. Además, generalmente los estudios se basan en datos de consumo auto-reportados, que pueden ofrecer dudas sobre la precisión de los participantes para registrar su ingesta de alcohol. Otra limitación habitual es que el grupo de no bebedores puede incluir personas que han dejado de beber por razón de en- fermedad, ya sea cardiovascular o de otro tipo, o medicación (20) , lo que sesgaría al alza el riesgo coronario en ese grupo usado como control (21) . De hecho, se ha observado que la asociación entre consumo ligero de alcohol y menor riesgo de fallo cardíaco no se cumple en ex-bebedores, en los cuales el alcohol conlle- va siempre mayor riesgo cardiovascular (22) . En todo caso, el efecto protector se sigue aún observando cuando se consideran abstemios de larga duración como grupo control para la comparación (23) . Otro aspecto que no suele ser suficiente- mente controlado en los estudios epidemiológicos es la prevalencia del consumo de tabaco, asociado en bastantes casos a la bebida, aunque sea moderada (24) . Por otro lado, se ha también constatado que, a pesar de su mayor tasa de mortalidad, los individuos alcohólicos muestran un menor grado de estrechamiento coronario en las autopsias y que en los mismos es menor la incidencia de aterosclerosis y de infarto de miocardio (25) . Las variables de confusión podrían, por tanto, actuar tanto en sentido positivo como negativo en la asociación entre consumo de alco- hol y riesgo cardiovascular, complicando la interpretación de las observaciones epidemiológicas. A pesar de los posibles factores de confusión, los grandes estudios prospec- tivos muestran datos consistentes que indican una asociación inversa entre con- sumo moderado de alcohol e incidencia de morbilidad y mortalidad coronaria, como se pone de manifiesto en distintos meta-análisis (22, 26-32) . De manera general, en la mayoría de los estudios se encuentra una relación en “J” entre ingesta de alcohol y riesgo cardiovascular, con un mínimo (mayor protección) situado a un