Mi manual del bebé Octava edición | Page 165

Enseñando buenos hábitos alimenticios
Nutrición bebé
Enseñando buenos hábitos alimenticios
El primer paso consiste en que los adultos asuman la alimentación como una función más de las que se deben cumplir durante el día. Los pequeños entienden esto desde que comienzan a lactar, para ellos alimentarse es algo más de lo que sucede a diario, como el baño, ser vestidos o jugar.
Muchas veces los padres centran toda su atención en el proceso alimenticio de sus hijos, pero también toda su tensión y eso transmite a los niños tanta presión por comer que se vuelve un drama. La alimentación debe hacerse con tranquilidad, firmeza y mucho cariño.
Se trata de ofrecer. Igual que la madre del recién nacido le ofrece el seno, más adelante al bebé se le ofrecen las compotas, luego las sopas y así sucesivamente, de manera que cuando llega a una edad en la que escalona la alimentación, se le plantea una organización para comer, en unos momentos puntuales del día.
Eso significa: desayuno, media mañana, almuerzo, onces y comida, es decir, cinco oportunidades para comer mientras el niño está despierto; una oportunidad cada dos horas y media aproximadamente, lo cual es suficiente. Por tanto, no nos debemos angustiar porque el niño necesite más de comer, pues no puede consumir porciones como las de un adulto.
Así, cuando llega la hora, se le ofrece la respectiva comida. El orden es muy importante: le ofrecemos el desayuno, después la media mañana; luego, a su hora, el almuerzo; en la tarde, las onces y luego, la comida. Si el niño quiere comer, ¡ perfecto! Si no quiere, no se le obliga ni presiona con ruegos, amenazas, castigos o premios.
Simplemente, llegó la hora de almorzar, le ofrecemos y si no quiere, peor para él porque después, en la tarde, solo va a poder comer algo cuando llegue la hora de las onces, momento cuando se le ofrecerán estas y nada más. No se trata de paladearlo con alguna cosita en el intermedio, pues con eso no se le transmite la disciplina que corresponde; no le debemos dar a deshoras porque se altera el proceso alimenticio.
Así deben obrar todos los adultos relacionados con el niño. Nada sacamos siendo muy estrictos, si un familiar es alcahuete porque“ pobrecito mi chinito”. Eso lo único que logra es desbaratar la formación que estamos obligados a dar a los niños, para que aprendan una disciplina necesaria en el futuro. Mañana no van a poder comer lo que quieren, a la hora que deseen, porque eso es imposible de manejar en cualquier ambiente.
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