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Nicaragua para que les hagan el trabajo (…)”. Por su parte, el presidente costarricense, Luis
Guillermo Solís, se ha solidarizado con los cubanos inmigrantes y “taponeados” en la
frontera norte, y ha dicho a su favor: “es de suprema importancia entender que este es un
problema de personas que tienen ilusiones, necesidades, que buscan un destino donde
quieren vivir mejor. Son personas que necesitan ser atendidas en su ansiedad y protegidas
en su necesidad.” Mientras tanto, los argumentos totalmente descarnados de la dictadura de
Ortega, han afirmado que, “con la finalidad de restablecer el orden y la tranquilidad
ciudadana, fuerzas especiales de la policía nacional ejecutaron acciones operativas,
teniendo como resultado que los inmigrantes cubanos fueron regresados a territorio
costarricense de donde fueron lanzados.” Nótese la última palabra utilizada por los
sandinistas, “lanzados”. Y es que Costa Rica no ha lanzado contra Nicaragua a ningún
grupo de cubanos inmigrantes; eso no está implícito en el ser costarricense donde, por el
contrario, se les dio cobijo hasta que ellos, por voluntad propia, decidieron marcharse hacia
los Estados Unidos. Tampoco han hecho destrozos en la sede intrafronteriza que pertenece
a Nicaragua, tal y como ha acusado el gobierno orteguista. En palabras sencillas y directas,
lo que pretende la dictadura nicaragüense, además de vedarles el paso a los cubanos, es
posicionarlos como delincuentes, de salvajes y de elementos nocivos para ese país… cosa
que evidentemente no lo son y lo único que ansían es comer y vivir como seres humanos;
es decir, con decencia y lo elemental a su favor. Algo que en Cuba nunca les han permitido.
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Cada Vez lo Respeto Menos y lo Detesto Más
MIAMI, USA-Barack Obama significó para la gran mayoría que lo eligió y lo reeligió, una
esperanza, especialmente para las minorías raciales que conviven con los blancos
anglosajones en los Estados Unidos; y significó también un cambio con sesgo radical que
muchos vimos a la distancia y que creímos muy necesario en nuestros tiempos. Atrás
quedaba la nefasta estela de George Bush hijo, quien, con todos sus errores, hizo un mejor
gobierno que el de Obama, a todas luces. El primer presidente negro de la Unión
Americana se ha relajado a sabiendas quizás de que no podrá optar por un tercer mandato
consecutivo porque la Constitución de los Estados Unidos no se lo permite; y ese
relajamiento es muy evidente tanto en lo externo, en sus poses diarias, como en sus
actitudes y políticas que han ido transformándose de blandengues a irresponsables y
peligrosas, especialmente en aquellos lugares donde tiene tropas en combate o
asesoramiento militar.
Incluso se le ha caído la careta cuando menos lo esperó. Sus mentiras han quedado
al descubierto y nos damos cuenta de que Obama no era más que un demagogo que engañó
para pedir votos a favor.