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La guerrilla les da todo, incluyendo dinero, mujeres y las aventuras de ver muriendo
a las personas indefensas.
En el caso de “Timoshenko”, seudónimo del cabecilla de las FARC, Rodrigo
Londoño, el supuesto revés al ganar el “NÓ”, le propicia seguir en la impunidad,
defendiéndose de las órdenes de captura internacionales que pesan sobre él; y haciéndose
cada vez más millonario de lo que ya es, con el narcotráfico y el lavado. En palabras
sencillas y directas, a los mercenarios les favorece más la guerra, ese conflicto que
degeneró de lo político a lo delincuencial, que la paz. Una paz en la que podrían ser
víctimas incluso de los familiares a quienes ellos les han hecho daño robándoles los hijos,
las mujeres y asesinando a sus padres.
¿Pero por qué los colombianos han votado mayoritariamente por el “NÓ”? Porque
no olvidan las criminalidades de las FARC. El perdón en los corazones es casi imposible,
porque han sido tan caudalosos los ríos de sangre creados por los guerrilleros de la ultra-
izquierda, que no se pueden borrar de “un plumazo” o con la simple firma de un documento
en medio de una dictadura, como ha sido en La Habana, Cuba. Por otro lado, todo lo que
toca Raúl Castro, así como lo hacía su hermano Fidel, lo quema, lo pulveriza, igual a la
rosa en la mano del diablo. Y eso es precisamente lo que ha ocasionado al servir de testigo
y anfitrión de unos tratados pro-paz que no han convencido a los familiares de las víctimas,
de los miles de desaparecidos secuestrados por las FARC, y por ello ese porcentaje que
echó por tierra el posible triunfo del “SÍ”, estuvo conformado por esas personas que han
sufrido directa o indirectamente la ferocidad, la canallesca guerra y la traición practicadas
por la narco-guerrilla-terrorista.
Una vez hurgado hasta las raíces las causas del “NÓ” en el plebiscito y analizado
las razones de dicho resultado, lo que se presenta ante nuestros ojos es un inmenso signo de
interrogación que nos pregunta, ¿Cuál será el camino que tomará el destino de Colombia?
¿Cuál será el comportamiento de los asesinos de las FARC a partir de este instante cuando
el pueblo colombiano no ha querido perdonar sus actos homicidas? Y el cuestionamiento
más importante, ¿Cuándo se obtendrá, se alcanzará, definitivamente la paz en este bello
país de gentes cultas y naturaleza prodigiosa? El tiempo nos irá contestando a medida que
vaya transcurriendo. Nos lo irá diciendo…