Mi libro mi vida en la prensa escrita | Page 50

Página 50 de 102 Hace 71 años nos quedó claro hasta dónde podemos llegar cuando la inyectiva es lamaldad. Por ello, hay que procurar hacer el bien… el bien siempre, siempre, siempre, sin desfallecer y a quien lo necesite. //////// Ankara, El Sinaí, Beirut, París y Nigeria Esos son los sitios geográficos que ha atacado el Daesh (Estado Islámico), en menos de tres meses y que nos han hecho buscar mapas para ubicar con certeza adónde sus “kamikazes” o suicidas, causaron gran cantidad de asesinatos y dolor por doquier. De Turquía a Egipto, de regreso al Líbano, después en el corazón de Europa y posteriormente en la lejana Africa. Ese ha sido el periplo de sangre que estos mal-nacidos dementes han recorrido en los últimos días. Por supuesto que, después de una mala experiencia, se sacan valiosas conclusiones, aunque duela aceptar la terrible realidad; y el resabio que se puede entresacar de todo esto que ha sucedido, lo hemos venido pregonando a los cuatro vientos: hay que atacar al Daesh en sus madrigueras de Irak y Siria –y últimamente en Libia también-, extirparlos de la faz de la Tierra, antes de que ellos sigan degollando a cientos de miles de inocentes, según su macabra práctica. Pero los líderes de Inglaterra, Francia, España, Turquía y los Estados Unidos han hecho caso omiso a las voces altamente preocupadas que les han urgido para que “metan mano” en esas naciones de Oriente Próximo donde se ha gestado y crecido esta serpiente que conocemos con los nombres de Isis, Daesh o Estado Islámico. No quiero referirme a Barack Obama, porque no deseo despotricar más de lo que ya lo he hecho. Solamente repetiré que debe irse del poder y de la política general de los Estados Unidos y que es un fantoche, de los más grandes que ha tenido la Casa Blanca como ocupante. Nada más, porque no quiero amargarme la vida indicando lo fallido, lo insulso, lo irresponsable, lo inmaduro y lo evasivo que ha sido este último mandatario estadounidense. Decíamos de la enseñanza que nos han aleccionado los atentados terroristas del Daesh en las naciones que hemos mencionado; y más que una enseñanza… el tiempo es el que nos ha dado la razón. “Solamente un atentado de gran magnitud en Londres, París, Washington, New York o Madrid, podrá azuzar a esos gobiernos para atacar a los terroristas islámicos”, dijimos en varias oportunidades. Aún con las muertes de civiles en Líbano y Ankara, en Turquía, la OTAN no reaccionó, muy a pesar de que los turcos pertenecen a esta organización del Atlántico Norte y los Estados Unidos tienen bases militares en su territorio. Mucho menos hubo reacción militar después de los asesinatos de los libaneses en su Capital. Parece que esas vidas para los aliados occidentales no tienen ningún significado, más aún si las comparamos con las víctimas francesas. En otros términos, un atentado terrorista no es tan impactante en otras Capitales mundiales como sí lo sería en cualquier otra ciudad europea. Así de frívola es la realidad de la geopolítica actual.