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Lo mismo está sucediendo con China, país al que se le consideró firme aliada de
Siria y Rusia, en un inicio de las hostilidades. Empero, sabemos que los israelíes, su
ejército, es el único preparado para las guerras en el desierto y en las urbes del Oriente
Próximo. Los yihadistas de al-bagdadi lo saben y les temen a los comandos israelíes, según
han manifestado ellos mismos.
Retomando el tema de Alemania, Merkel es la culpable de lo que está aconteciendo
en su patria –reiteramos-, nadie más que ella; y son sus secuaces aquellos alemanes que
aprueban su política suicida de abrir las puertas de par en par a los musulmanes
desplazados de sus tierras. Merkel tiene que terminar su reinado del terror y del error, tiene
que irse a los tribunales donde deberá ser enjuiciada por crímenes contra la paz, la
humanidad y su pueblo.
Para finalizar, el perfil de los musulmanes en Europa, además de los atentados
terroristas, señala que quieren que los europeos se adapten a ellos, a sus costumbres,
religión y defectos y no al revés; es decir, los europeos deberán convertirse al islám, no
comer cerdo, orar no sabemos cuántas veces al día en dirección a La Meca, tapar a las
mujeres con esas túnicas que les dan apariencia de bolsas para basura, denigrarlas,
utilizarlas para que les den solamente hijos y les cocinen y matarlas tan solo con mirar
accidentalmente a otro hombre. Están locos, absolutamente enfermos de la cabeza con su
fanatismo. Ojalá Bashar al-Assad, con el apoyo de los rusos e iraníes, acaben con el Daesh,
reconstruya sus ciudades y haga regresar a los inmigrantes a sus hogares. Pero, por lo
pronto, esperemos más atentados terroristas en Alemania, porque así “está escrito en el
libro de la muerte” que leen y practican a diario los islamistas. ¡Raus Frau Merkel! ¡Fuera
de la Cancillería!
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Se Acerca el Fin del Califato
IRAK Y SIRIA- Los estadounidenses, después de la derrota de Saddam Hussein y su
entrada victoriosa en Bagdad, cometieron una grave equivocación, además de invadir a un
país extraño al suyo y prometerles a sus habitantes una vida confortable que nunca les hizo
realidad, ese equívoco fue maltratar y humillar a los prisioneros de guerra, fotografiándolos
en situaciones penosas y difundiendo las gráficas por todo el mundo, amén de las golpizas y
flagelaciones en el interior de los calabozos y mazmorras. Muchos de los presos se juraron
a ellos mismos que iban a vengar ese sufrimiento. Resultó evidente que los oficiales y
soldados norteamericanos se saltaron las convenciones militares a las que esa potencia está
suscrita y bajaron a los mismos niveles de sus enemigos rapaces, torturadores y criminales.
Esos mismos soldados de Saddam Hussein son quienes han comandado estos largos
meses al Daesh o Estado Islámico que tantos sufrimientos han causado en Libia, Egipto,
Siria, Irak y en Europa con sus atentados terroristas.