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¡Craso error! Una actitud errática que hoy se está pagando con la sangre y la muerte
de 12 personas inocentes que se encontraban disfrutando de la Navidad en uno de esos
mercaditos tan característicos de Alemania. Y no hablemos de los casi 50 heridos que
permanecen en los hospitales berlineses.
Pero ahí no termina todo porque se ha dado una manifestación de ciudadanos en la
que rechazan de plano la xenofobia y apoyan las políticas criminales de la Merkel.
Evidentemente los alemanes no escarmientan. El problema de los refugiados debió
solucionarse prontamente cuando llegaron a las costas europeas, pero se hizo con una
lentitud pasmosa y no ha sido resuelto aún. Quizás hubiera sido apropiado enviarlos hacia
naciones árabes que están en paz, como Arabia Saudita, que tiene la obligación, religiosa
por demás, de abrir las puertas a sus hermanos de confesión islámica; empero, los saudíes
no quieren problemas y prefieren seguir con su ritmo de vida lujoso y ver los
acontecimientos desde sus yates y palacios. Lo cierto es que Europa no es para esos
millones de inmigrantes por muchas razones.
En todo caso, Angela Merkel cometió un error de grandes proporciones que le están
costando caro a los alemanes. La Noche Vieja del 2015 violaron a una cantidad
impresionante de mujeres alemanas los mismos musulmanes y ahora ha ocurrido este
atentado terrorista. ¿A qué espera la díscola Canciller? Por supuesto las tragedias no han
terminado, se van a producir más a pesar de la férrea vigilancia policial a la que ha sido
sometido todo el país. Eso lo juro con la mano en alto.
Atentados sangrientos en París, Bélgica, Alemania, Turquía –una nación que ya
perdió la cuenta de esos hechos y sus muertos por la gran cantidad que se han producido-,
también en los Estados Unidos. ¿A qué esperan los dirigentes políticos, si lo único que
saben es hacer política barata e irresponsable cuando alcanzan el poder?
Merkel, con el descaro que le es propio, presentó hace poco su candidatura a la
reelección a la Cancillería y no me extrañaría que la reelijan, porque así son los alemanes
de estos tiempos. A esta mujer hay que desterrarla a su casa o, aún mejor, enjuiciarla y
llevarla a la cárcel por ser la responsable directa de las violaciones de mujeres y los muertos
de Berlín hace pocos días, más lo que vendrá en estos meses. Pero será reelecta. Ello ni
tergiversarlo siquiera a los alemanes y al futuro inmediato.
Y es que los yihadistas, después de sus contundentes derrotas en Palmira, Alepo y
Mosul, han cambiado su estrategia, adoctrinando por internet a jóvenes en Europa o
enviando a los europeos que regresan al Viejo Continente. Son los llamados “lobos
solitarios”; es decir, a las cucarachas se dificulta matarlas. Terminas con unas cuantas, pero
vuelven a salir otras más no sabemos de dónde demonios. Tampoco con la muerte o captura
del líder del Daesh (Estado Islámico), Abu backar al-bagdadi –según se ha hecho nombrar a
sí mismo-, el terrorismo islámico va a desaparecer, porque una cucaracha de estas que se
extermine, suben a la directriz a otra nueva. Así funcionan en procura de matar porque sí,
porque odian a occidente y a todo lo que se mueva en occidente, sea humano, extraterrestre
o animal irracional.
¿E Israel? La postura de la nación judía es prudente. Hasta el momento –hasta
donde sabemos- solo se ha involucrado en el conflicto contra el terrorismo yihadista, por
medio de asesores militares y armamento de bajo calibre, pero en proporciones muy
escasas. Y es que los hebreos no quieren que los dementes islámicos les destrocen a base de
atentados dinamiteros y suicidas, su paz, sus ciudades y ciudadanos.