Mi libro mi vida en la prensa escrita | Page 33

Página 33 de 102 Mientras tanto, en América Central la mayoría de los pueblos ven aquello tan ajeno, que siguen sus caminos sin mirar superficialmente siquiera. Craso error en un istmo que siempre escucha los tambores que llaman a la guerra y parece que no aprenden aún de su propia historia. //////// El Espectro de Chernobyl KIEV, Ucrania-Trascurre el trigésimo aniversario de la explosión de uno de los reactores atómicos de esta planta nuclear rusa (el número 4), el peor accidente de este tipo que ha experimentado la humanidad, algo comparable con el ataque a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Desgraciadamente, “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y, partiendo de ese refrán popular, es muy posible que otro accidente nuclear se pueda producir en cualquier país del orbe, especialmente del tercer mundo, donde varias naciones se ha metido en la carrera atómica, como Brasil, Cuba, Irán, Israel, India, Pakistán y otras, que no cuentan con las mínimas reglas de seguridad, ni el dinero para sostener a esos peligrosos proyectos. La sabiduría que se aprende de una catástrofe como la de Chernobyl, es la de evitar otro hecho igual o parecido, ese es el resabio que nos dejan 30 años de distancia de aquella fatídica fecha en Ucrania. En esa oportunidad, según datos fieles de la ONU, murieron 31 personas durante el accidente, entre trabajadores especializados, bomberos y militares. La cantidad de material radiactivo que abarcó los cielos de toda Europa, fue 200 veces mayor al liberado por las dos bombas atómicas sobre el Japón. Después de esto, Ucrania y Rusia siguieron utilizando a la planta de Chernobyl, en un acto incomprensible para el mundo. Las secuelas de la explosión han originado las muertes de casi 250 mil personas residentes o cercanas a la zona, decenas de niños que nacieron posteriormente con malfomaciones físicas. A pesar de ello, se tuvo que desatar una verdadera “batalla” diplomática para convencer a los gobiernos de Rusia y Ucrania para clausurar definitivamente la planta. Fue sino hasta el 15 de diciembre del 2000, cuando se cerró el último reactor en funcionamiento. Por medio de helicópteros se lanzaron sobre el núcleo, más de 5 mil toneladas de plomo, boro y otros productos químicos; luego, se construyó un enorme sarcófago de 410 mil metros cúbicos de hormigón y 7 mil toneladas de acero. La mayoría de los hombres que trabajaron en esto, han muerto como producto de la radiactividad. Lo peor del caso radica en que se ha descubierto una enorme fuga de energía, a pesar del tiempo transcurrido y las “correcciones” hechas. Los científicos han dicho que el reactor dañado permanecerá radiactivo los siguientes 100 mil años. Otros diez permanecen en peligro, en países que estuvieron bajo el dominio soviético: las unidades 1 y 2 en Lituania; 1 y 2 en Kola, Rusia; 1 y 2 en Koslodug, Bulgaria; la unidad 1 en Chernobyl;